CARACAS. La Fiscalía Penal Internacional (TPI) tiene en sus manos una denuncia contra el presidente Maduro, por crímenes de lesa humanidad. Un total de 198 parlamentarios de ocho países de América Latina exigieron esta semana ante la Corte de la Haya la apertura de una investigación sobre “la represión masiva, generalizada y sistemática contra protestantes pacíficos y desarmados” en Venezuela. La Fiscalía del TPI examinará la denuncia y se pronunciará en los próximos días, según avanzaron en Madrid los tres parlamentarios que viajaron a Europa para realizar la gestión en nombre de sus colegas de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, El Salvador, Uruguay y Perú.

 

“La denuncia en La Haya es uno de los pocos caminos que le quedan a los venezolanos y una manera de decir a este pueblo que no está solo”, precisó Cecilia Chacón, del partido Fuerza Popular de Perú, destacando que, junto a Maduro, se han denunciado así mismo a varios funcionarios del régimen venezolano.

 

Por otra parte, Venezuela invitó al secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, a participar como “testigo de buena fe” en el diálogo entre Gobierno y oposición para buscar una salida a la situación de violencia y enfrentamientos que vive el país desde hace semanas.

“Deseamos transmitir la invitación del Presidente Nicolás Maduro Moros, a Su Santidad el Papa Francisco, con el propósito de que participe en los procesos de diálogo (…) a través de la designación de su persona como ‘Testigo de Buena Fe'”, indicó la Cancillería venezolana en una carta difundida en su página web.

De esta manera el presidente Maduro parecer ser que ha escuchado con atención la recomendación que le hizo el empresario Gustavo Cisneros, el pasado 19 de marzo en las páginas del periódico español El País. En un texto titulado “Tolerancia y diálogo sincero, las vías en reconstrucción en Venezuela”, el icónico empresario escribe que “Con la violencia en ascenso, la situación en Venezuela ha alcanzado un punto insosyenible el cual no podemos ser ajenos. Más allá de cualquier ideología, el país exige una reconfiguración y toma de decisiones inmediata (…) En este contexto la intervención de una figura al margen de cualquier interés político, como la del Papa Francisco y la ecuánime cancillería del Vaticano, emergen como la opción más viable”.

 

Unas semanas después, el gobierno venezolano acusa de recibo la petición del empresario. La invitación a Parolin, nuncio vaticano en Venezuela desde 2009 hasta agosto pasado, cuando Francisco lo nombró secretario de Estado de la Santa Sede, responde al acuerdo alcanzado el martes entre Gobierno y oposición para que el Vaticano participe en el diálogo como tercero de buena junto a un grupo de cancilleres suramericanos.

 

En la carta, el jefe de la diplomacia venezolana, Elías Jaua, manifiesta su esperanza de contar con la participación de Parolín en el desarrollo de la Conferencia de Paz en el país que tiene como objetivo “promover el diálogo constructivo, el entendimiento y la paz”.

 

Quien empuja a Maduro a realizar una coalición con los opositores es el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. En diálogo con periodistas autores de blogs de internet, Lula dijo que “Maduro debería intentar disminuir el debate político para dedicarse enteramente a gobernar, establecer una política de coalición, construir un programa mínimo y disminuir la tensión”.

 

“De acuerdo totalmente con Lula que es lo que estamos haciendo, gobernando, a pesar de la guarimba (protestas con barricadas) no hemos dejado de gobernar ni un segundo”, dijo Maduro durante su programa semanal “En contacto con Maduro”. Sin embargo, Maduro le respondió a Lula que “lo que no hay en Venezuela es una negociación” y que “nunca” participará en una negociación.

 

“No tengo nada que negociar con nadie (…) ni negociación ni pacto, aquí lo que hay es un debate, dialogo, que es diferente a una negociación y un pacto”, señaló tras apuntar que en Venezuela “hay una revolución” y existe una coalición de partidos de izquierda, movimientos sindicales, obreros, campesinos y “sexo diversos”.