Ante los golpes de la vida, podemos hundirnos en la monotonía y resignarnos a permanecer atorados en el mal tiempo. O podemos cantarle al sufrimiento, con una voz que no deje cabida a la tristeza. Es por eso que vamos en busca de una catarsis a lo largo de nuestras vidas. No sabremos como llegará, lo más seguro es que no estemos preparados, pero ante la adversidad, solo queda buscar una esperanza de donde sostenernos.

 

La banda sonora de una vida, debería contener las canciones que cantamos en los buenos y malos momentos. Debería tener la fuerza suficiente para recordarnos por qué estamos vivos. La música puede con esto y mucho más. Es por eso que cuando una película – a veces tan semejante a la vida que duele – concentra su fuerza narrativa en la música, logra conectar con el público de una forma casi mística.

24vidamas

 

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