“De las 400 empresas con operaciones en México se podría pensar que 30% están a la expectativa para ver si participan en la exploración, explotación, comercialización y cualquier área del gas shale”, señala Octavio Pérez Salazar, director general de la Asociación Mexicana de Distribuidoras de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas).

 

Según el representante de los gaseros, los empresarios están observando la reforma energética y la aprobación de las leyes secundarias, que se presentará en los próximos días en el Congreso de la Unión, para ver las oportunidades de producción del también conocido como gas pizarra.

 

“Nos interesa la explotación del gas shale y la comercialización de los líquidos del gas natural”, dice a 24 HORAS.

 

“Muchas de las empresas están en proceso de análisis para definir en qué área les interesa participar, por supuesto que pudieran participar en la explotación o comercialización”, declara.

 

Pérez Salazar recuerda que la aprobación de la reforma energética en diciembre de 2013 por parte del Congreso de la Unión abrió una nueva gama de posibilidades de negocio para las compañías mexicanas y extranjeras.

 

“Hemos construido toda nuestra infraestructura entre Pemex y nosotros para importar gas y venderlo, pero en los próximos años tendremos excedentes para exportar”, explica.

 

El Departamento de Energía de los Estados Unidos ubica a México como la cuarta nación en el mundo con el potencial más grande de este tipo de recursos.

 

El potencial de gas de lutitas en México es 681 millones de millones de pies cúbicos, que equivalen a 136 mil 200 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, dice en un reporte las autoridades estadounidenses.

 

El valor de mercado del gas licuado en este país es de ocho mil 300 millones de dólares, y las empresas afiliadas a Amexgas atienden al 80% de la población mexicana.

 

“Hay algunas oportunidades que debemos aprovechar como industria, particularmente las que se derivan de nuestra actividad, y una de ellas es el uso automotriz del gas LP”, dice el presidente del organismo.

 

Manifiesta que en México se necesitan nuevamente establecer políticas públicas y establecer una base de que equipos e instalaciones que permitan dar el servicio.

 

“No necesitamos que nos pongan un precio de combustible ideal, al precio al que está el gas LP comparado con la gasolina y diésel es bastante competitivo”, afirma.

 

“Ahí hay una oportunidad muy grande; ya la hemos aprovechado en el pasado y el ejemplo es la década de 1990 cuando el uso automotriz del gas LP nos disparó el consumo más de 20%”, cuenta.

 

La apuesta

 

Añade que la industria está desarrollando las medidas para contar con los equipos adecuados para el reparto y también se busca que las plantas armadoras vendan directamente vehículos diseñados de gas LP.

 

El directivo señala que cada día se verá una industria de gas natural enfocada en el sector industrial y el sector urbano de alta densidad, mientras el gas LP tiene un carácter más social que atiende ciudades, tortillerías, restaurantes y comunidades rurales.

 

Aproximadamente 15% de los mexicanos todavía usa leña como combustible, porque no puede pagar el precio del gas LP, expone.

 

“Estamos caminando junto con el gobierno para que se adopten las acciones necesarias para que atendamos ese mercado”, dice el representante.

 

“A nosotros nos brinda grandes oportunidades de crecimiento como empresario, pero al gobierno le brinda una oportunidad de reivindicación social”, enfatiza.

 

Dice que será una justicia social, porque a las personas que menos tienen son las que usan el combustible más dañino para su salud que es quema leña o cualquier materia de biomasa en su casa.

 

El gobierno tiene mucho interés en establecer un programa en el que podamos introducir gas LP en áreas rurales y urbanas marginadas, indica.

 

“Nuestro sector tiene muchos rezagos derivados de nueve años de falta de atención a nuestras actividades”, explica el presidente de Amexgas.

 

A partir del último año de la administración de Felipe Calderón se empezaron a atender temas y se creó el fidecomiso de reposición de la industria, asegura.

 

La administración de Enrique Peña Nieto le dio la reposición al fidecomiso y lo fortaleció con más aportaciones, amplió el abanico de activos, asevera Pérez Salazar.

 

“Estamos renovando los cilindros y la flotilla de reparto, así como dándole mantenimiento a las plantas y vehículos, y capacitación de los empleados”.

 

La industria invirtió más de dos mil millones de pesos en la renovación de cilindros y flotilla, 200 millones de pesos en el mantenimiento de las instalaciones en los últimos tres meses y 15 millones de pesos fueron destinados a la capacitación.