La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) tiene un su poder un botín que pesa apenas unas trillonésimas de gramo y podría ayudar a revelar los secretos del origen del Sistema Solar.

 

Se trata de siete partículas de polvo estelar, cuyo valor es incalculable para la NASA, pues permitirán estudiar más a fondo los procesos de formación del Sol, la Tierra, y los demás planetas que conforman nuestro sistema, uno de los tantos que existen en el universo.

 

El hallazgo fue comunicado esta semana en la en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria, luego de que el Proyecto Stardust hurgó en el espacio por siete años para recabar muestras de polvo estelar. Inició en 1999 y concluyó hasta 2006, trayendo a la Tierra miles de muestras.

 

La sonda Stardust se lanzó al espacio en 1999 con dos misiones: recoger muestras de la cola del cometa Wild 2, la cual se realizó con éxito, pero el material recuperado no ha sido de mucha utilidad para los científicos.

 

Y la segunda: tratar de recuperar muestras de polvo estelar, unas finas partículas que flotan en el cosmos y son de valor incalculable ya que, al estar inalteradas, se cree que permitirán descubrir nuevas claves sobre la formación de estrellas y galaxias.

 

Durante 200 días entre 2000 y 2002, Stardust se dedicó a recuperar muestras de este polvo mediante un filtro con forma de raqueta. La malla de este filtro estaba compuesta de un material llamado aerogel, un tipo de silicona al que se le extrae toda el agua hasta crear una espuma ultraligera y muy resistente que tiene las propiedades óptimas para intentar retener estas diminutas partículas.

 

 

La Stardust regresó a Tierra en 2006. Desde entonces, 30 mil 714 voluntarios han estado examinando con detalle imágenes del aerogel recuperado tomadas mediante microscopio electrónico, con el objetivo de encontrar algún rastro de partículas.

 

Han encontrado siete basadas en aluminio, hierro y magnesio. El descubrimiento de estas partículas primordiales es lo que acaba anunciar la NASA. Ahora toca comenzar a hacer pruebas sobre estos diminutos fragmentos, lo que va a llevar un tiempo dado su diminuto tamaño.

 

Eso fue toda una hazaña, se dijo en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria, ya que las partículas interestelares son una milésima parte de la masa de polvo del cometa y pueden viajar muy por encima de 15 mil kilómetros por hora.

 

“Es un logro enorme que el equipo Stardust haya llegado hasta aquí “, dijo el cosmoquímico de Scott Messenger, del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, Texas, quien no pertenece al Proyecto.

 

Estas “son las muestras extraterrestres más desafiantes jamás encontradas”, advierte. (Con información de Science)