DAMASCO. Israel advirtió al régimen sirio del presidente Bachar al Asad, que pagará “un precio muy alto” por ayudar a los grupos que atacan al Estado judío. En esa línea, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, alertó a Damasco por las “crecientes actividades llevadas adelante por yihadistas y el Hezbollah”.

 

Nuestra “política está muy clara: atacamos a aquellos que nos atacan”, dijo el primer ministro pocas horas después de un bombardeo israelí contra posiciones sirias en las Alturas del Golán que dejó un soldado sirio muerto y siete heridos.

 

La aviación israelí llevó a cabo bombardeos selectivos contra posiciones del ejército sirio en respuesta a una explosión en los altos del Golán el martes, en la que fueron heridos cuatro soldados israelíes, (uno de ellos en estado grave). El atentado contra la patrulla israelí se considera el más grave desde el inicio de la guerra interna en Siria hace tres años.

 

Ambas partes lanzaron severas amenazas después de los incidentes.

 

El ejército sirio declaró que si vuelve a ocurrir, quedará en peligro la estabilidad de toda la región.

 

Entretanto el ministro israelí de Defensa, Moshe Yaalon, advirtió en su cuenta de Facebook: No toleraremos violaciones de nuestra soberanía ni ataques contra nuestros soldados y ciudadanos. Israel considera a Al Asad como el responsable y si sigue cooperando con los terroristas que nos atacan, le haremos pagar un precio muy alto de tal forma que se arrepientan”.

 

Los militares sirios dijeron que el bombardeo fue contra tres puestos del ejército cerca del poblado de Quneitra, al borde de la parte de los Altos del Golán, ocupados por Israel desde 1967. Los puestos sirios impactados fueron identificados como Kom al-Weiseh, Nabeh al-Fawar y Seasea.

 

Las fuerzas israelíes dijeron que sus aviones atacaron puestos del ejército sirio, acertando contra un campamento de entrenamiento, un cuartel del ejército y baterías de artillería.

 

El ejército sirio dijo que el bombardeo israelí conforma “un intento desesperado para empeorar la situación” y distraer la atención de los avances del gobierno sirio contra los rebeldes especialmente la captura de un importante baluarte de los alzados cerca de la frontera con el Líbano.

 

“Si estos actos hostiles continúan, quedará en peligro la seguridad y la estabilidad de la región, y todas las posibilidades quedarían abiertas”, dijo el comunicado de las fuerzas armadas de Damasco.

 

Los ataques han elevado la tensión en una zona que el Estado judío vigila con especial atención desde que hace tres años estallara la compleja guerra civil que desangra Siria, país con el que Israel está técnicamente en estado de guerra desde el armisticio de 1973.

 

La semana pasada, una bomba estalló en un camino cerca de una patrulla militar israelí en la frontera con el Líbano, sin causar heridos. Poco antes, los militares israelíes dijeron haber matado a dos guerrilleros vinculados con Hezbollah —el grupo libanés que ayuda al gobierno de Al Asad a combatir a los rebeldes— que intentaban colocar una bomba en la frontera.

 

Además de ello, un ataque aéreo israelí el mes pasado habría alcanzado un convoy de armas para Hezbollá en el noreste del Líbano, aunque los funcionarios en Jerusalén nunca lo confirmaron. Hezbollah en ese momento amenazó con lanzar represalias por el ataque, que mató al comandante de Hezbollah que superaba la operación, según una fuente libanesa que pidió no ser identificada.