A través de una carta dirigida al gobierno de Texas, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) solicitó la suspensión de la pena de muerte del mexicano Ramiro Hernández Llanas, la cual está programada para el próximo 9 abril.

 

En un comunicado, el organismo destacó que la misiva enviada por el titular de la CNDH, Raúl Plascencia Villanueva, al gobernador estadunidense, Rick Perry, se pronuncia por la suspensión de la ejecución.

 

Además se solicita se conmute la sentencia impuesta al connacional acusado por un asesinato y una violación en Estados Unidos.

 

“La vida representa el bien jurídico más valioso; fundamento de los ordenamientos constitucionales que lo reconocen y amparan como valor esencial e interés social supremo, por lo que las naciones tienen la obligación de su más absoluta protección”, sostiene la Comisión en la petición.

 

También, el ombudsman nacional, envió un escrito a la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas, en el que recuerda que el 31 de marzo de 2004, la Corte Internacional de Justicia determinó que se violó en perjuicio de Ramiro Hernández, el derecho de notificación y asistencia consular que establece el artículo 36 de la Convención de Viena sobre relaciones consulares.

 

En la carta, Plascencia Villanueva señala al gobernador Perry los diferentes instrumentos internacionales que reconocen el derecho a la vida sin ser sometido y que a torturas, penas o tratos crueles, inhumanos y degradantes.

 

De adoptar una decisión favorable para Hernández Llanas, el ombudsman asegura que el gobierno texano sera reconocido por la comunidad internacional como signo inequívoco del compromiso por el respeto a la vida, a la dignidad humana y el

respeto a los derechos humanos.

 

Ramiro Hernández, tiene 44 años y es originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas, está acusado por el homicidio de Glen Lich, un profesor del condado de Kerr, quien tenía a Ramiro como su empleado, en una propiedad ubicada al noroeste de San Antonio, en 1997.

 

El 23 de enero pasado, Edgar Tmayo Arias, mexicano sentenciado al “pabellón de la muerte” al ser acusado de haber asesinado al policía Guy P. Gaddis, el 31 de enero de 1994, murió ejecutado por inyección letal, en Texas.