Robarse el Boeing 777 de Malaysian Airlines en pleno vuelo requeriría de un piloto que supiera cómo eludir la detección de radares civiles y militares. También haría falta una pista de al menos kilómetro y medio de largo donde aterrizar, posiblemente a obscuras, y un hangar lo suficientemente grande para ocultar la aeronave. Todo ello sin ser visto.

 

A pesar de todo, no es imposible, dicen los expertos.

 

La teoría del secuestro del avión parecía descartarse hace unos días, cuando las autoridades desdeñaron cualquier vínculo entre el terrorismo y dos pasajeros que viajaban con pasaportes falsos.

 

La posibilidad de la piratería ganó fuerza después que se reportó que uno de los transpondedores del avión había sido apagado, lo que lo haría poco detectable, y que había señales procedentes del avión que indicaban que se mantuvo volando por varias horas después del último contacto por radio, posiblemente con dirección al oeste hacia el Océano Indico.

 

Sin embargo, el sábado, un funcionario del gobierno malasio dijo que los investigadores llegaron a la conclusión de que uno de los pilotos o alguien más con experiencia en vuelo secuestró el avión con 239 personas.

 

El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hablar con la prensa.

 

Scott Shankland, un piloto de American Airlines que pasó varios años como copiloto de jets Boeing 777, dijo que un capitán sabría cómo desconectar el radio y otros sistemas de rastreo de la aeronave, pero un secuestrador, incluso uno entrenado para volar aviones, “quizá tardaría un poco en encontrar los botones. Quizá puedas inhabilitar muchos” de los equipos de rastreo, “pero tal vez no todos”.

 

Algunos de los datos del avión se transmiten automáticamente desde un equipo que no está ubicado en la cabina del piloto, por lo que sería más difícil no dejar moronas electrónicas, dijo.

 

John Hansman, profesor de aeronáutica del MIT que está familiarizado con el Boeing 777, dijo que sería posible para un intruso apagar los transpondedores, pero que saber cómo apagar otros sistemas para tratar de pasar desapercibido sería más difícil.

 

Aun si los secuestradores fueran como los que participaron en los ataques del 11 de septiembre de 2001, enfrentarían el desafío de mantenerse en vuelo, hacer un aterrizaje exitoso y esconder el avión.

 

“Si fue un secuestro, probablemente fue un secuestro malogrado”, dijo.

 

Hansman cree que en realidad hubo una serie de desperfectos o un incendio que provocó que sistemas clave del avión se apagaran e incapacitaran a los pilotos, por ejemplo, causando que se desmayaran por la falta de oxígeno después de una pérdida de presión en la cabina.

 

Si fue un secuestrador, “tendría que ser alguien que tiene conocimiento detallado del avión”, dijo Alan Diehl, ex investigador de choques de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos.

 

“¿Podrían haber volado fuera del alcance del radar y llegar a una pista abandonada en algún lado? Supongo que la respuesta correcta es sí. Los satélites no cubren cada kilómetro cuadrado de la Tierra”.