Guillermo Valdés, quien dirigió el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) durante el gobierno de Felipe Calderón, aseguró que “no se puede acabar con el narcotráfico”, y sostuvo que una medida para contenerlo es establecer una especie de pacto donde el Estado deje en claro que “algunos delitos pueden ser tolerados”.

 

Durante la presentación de su libro titulado La Historia del Narcotráfico en México, el ex funcionario federal señaló que la demanda de drogas en Estados Unidos es la razón de ser de las organizaciones criminales y mientras esta persista hay poco que se puede hacer en nuestro país.

 

La legalización de la mariguana en más de 20 entidades de Estados Unidos para uso recreativo o medicinal es, desde el punto de vista de Valdés, insuficiente en materia de narcotráfico, pues dijo que 70% de las ganancias de los cárteles viene por las llamadas drogas “duras”, es decir, de la cocaína, heroína o metanfetaminas.

 

Descartó que haya un planteamiento en el corto plazo para legalizar ese tipo de narcóticos.

 

“Hay narco para rato. El problema es que si el objetivo de la política es acabar con el narcotráfico  va a ser un fracaso total porque no se puede acabar, porque no está en el gobierno de México definir si existe o no. Eso está del otro lado de la frontera”, indicó Valdés.

 

En ese contexto, reconoció que la política de combate frontal a las grandes organizaciones criminales durante el sexenio pasado descabezó algunos de los cárteles, pero por otro lado contribuyó a una disputa violenta de las rutas de droga que continuaron funcionando porque la demanda de estupefacientes se mantuvo.

 

Destacó como un punto de quiebre el surgimiento del grupo delictivo de Los Zetas, quienes surgieron como un “ejército privado” del Cártel del Golfo para mantener sus operaciones de trasiego de drogas intactas, peor que terminaron revelándose lo que obligó a otros cárteles a formar también sus “ejércitos privados”.

 

Valdés ubicó que fue a partir del 2008, cuando la extrema violencia escaló provocando “miles de homicidios todos los años en México”.

 

Pacto con criminales

 

El ex director del Cisen señaló que una medida efectiva pare contener a la violencia extrema es establecer una especie de “pacto” con los delincuentes, en donde el Estado deje en claro que algunos delitos pueden ser tolerados”, pero no aquellos que atenten contra las instituciones del Estado o el bienestar social.

 

Según Valdez, este “pacto” no debe ser  “tácito”, sino desde una posición de fuerza de las instituciones, y donde sean los delincuentes los que deben sujetarse a límites que no pueden sobrepasar.

 

“Lo que sí creo es que el Estado debe de tener la fuerza suficiente para modular el tipo de crimen organizado que puede tolerar (…) Hay alguna manera de pactar como queremos que se comporten pero desde una posición de fuerza y con políticas que establezcan claramente los incentivos de cómo se deben comportar estos señores”, indicó.

 

Valdés añadió que el gobierno debe también mostrar su capacidad para “para castigarlos brutalmente si se sale de la política fijada en donde puede tolerar un crimen no violento, que no me capture instituciones, que no se meta con la sociedad. Yo creo que es posible pero se va a dar en la medida en que las instituciones se fortalezcan”.