GINEBRA. La Comisión de Investigación de Naciones Unidas sobre la situación en Corea del Norte acusó al gobierno de Pyongyang de cometer crímenes contra la humanidad en su población y llamó a que el caso sea referido a la Corte Penal Internacional.

 

“Sistemáticas, generalizadas, y severas violaciones de derechos humanos, se cometieron y se siguen cometiendo en la República Democrática de Corea del Norte, por sus instituciones y sus oficiales”, afirmó el informe de la Comisión liderada por el australiano Michael Kirby.

 

“En varias instancias las violaciones de derechos humanos que encontró la Comisión constituyen crímenes contra la humanidad”, concluyó el informe.

 

El documento enumera, entre estos crímenes contra la humanidad perpetrados por el Estado contra la población detenida en los campos de prisioneros políticos, el “exterminio, asesinatos, ejecuciones sumarias, encarcelamiento sin previo juicio, esclavitud, violencia sexual y persecución por razones políticas o religión”.

 

Las personas que son llevadas a los campos de prisioneros políticos, son encarcelados de por vida, sin haber sido juzgados en donde son sujetos de inimaginables vejaciones, esclavitud, trabajos forzados, privación de alimento y quienes tratan de escapar son ejecutados públicamente, describió el informe.

 

Muchos son llevados a los campos solamente por ser familiares de otros detenidos, algunos son encarcelados por sus creencias religiosas e incluso por ver telenovelas o escuchar la radio de Corea del Sur o de otros países”, agregó el texto.

 

Incluso, el gobierno es responsable de incontables secuestros de ciudadanos de Corea del Sur o Japón que son llevados a estos campos con acusaciones de importar ideas contra el gobierno del líder supremo Kim Jong-un.

 

“Muchos desde que nacen son prisioneros de estos campos”, observó el documento.

 

Asimismo, condenó que el Estado ha monopolizado el acceso a la comida como un elemento para manipular la lealtad de los subordinados.

 

“La distribución de la comida se hace con base en la utilidad de las personas para preservar su sistema político”, sostiene el informe sobre una cuestión sin precedente en la historia moderna.

 

Además, la dependencia alimentaria de los ciudadanos con el gobierno “ha provocado una de las peores hambrunas de la historia reciente”.

 

Por otra parte, el informe urge al Consejo de Seguridad “a referir el caso a la Corte Penal Internacional, llevar a los responsables ante la justicia y además debe llevar a cabo sanciones específicas contra aquellos que resulten responsables de cometer crímenes contra la humanidad”.

 

“En donde ha ocurrido tal magnitud de sufrimiento, la comunidad internacional en su totalidad debe compartir su responsabilidad”, instó la Comisión formada además de Kirby por Sonja Biserko de Serbia y el relator especial sobre la situación en Norcorea, Marzuki Darusman de Indonesia, ninguno de los cuales fue autorizado por Pyongyang a entrar en el territorio norcoreano.

 

“Estos no son meros excesos del Estado, son componentes esenciales de un sistema político que está muy lejos de cumplir los ideales en los que clama estar fundado”, valoró el documento.

 

El informe de 372 páginas fue realizado durante un año con entrevistas públicas con víctimas, familiares, testimonios de desertores del ejército, documentos e imágenes de satélite, entre otras fuentes.

 

“La gravedad, la escala y la naturaleza de estas violaciones revelan un estado que no tiene paralelo en el mundo contemporáneo”, añadió el documento que enfatiza el hecho de que este patrón se ha ejercido en Corea del Norte durante los últimos 60 años.