Escuelas, paraderos, salidas del Metro, tiendas, unidades habitacionales y hasta en las inmediaciones de las iglesias del Distrito Federal se pueden localizar puntos de narcomenudeo o a los llamados dealers. En la última semana se aseguraron grandes cantidades de marihuana, cocaína y solventes principalmente, pero el negocio persiste ante la falta de denuncia.

 

En la última semana, del 25 al 31 de enero, la Policía del Distrito Federal logró ubicar 13 puntos de venta de drogas. Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero e Iztapalapa fueron las delegaciones donde más “tienditas” se localizaron.

 

En los diferentes puntos se detuvo a 21 sospechosos, y en total se aseguraron: 113 mil 775 kilogramos de marihuana, 47 envoltorios de cocaína y 68 litros de solvente. La mayoría de las detenciones se registraron en calles de las colonias Tepalcates, Lindavista y Obrera pertenecientes a dichas demarcaciones.

 

El mayor decomiso se hizo el pasado 25 de enero, cuando los uniformados ubicaron un domicilio en la colonia Morelos, delegación Cuauhtémoc, donde localizaron 80 kilos de marihuana, 68 litros de solvente y dos básculas. En el lugar nadie fue detenido.

 

“Los puntos de venta de droga son cercanos a las escuelas pero no hablamos de nivel preparatoria sino secundarias e incluso primarias. Es un problema serio que debemos erradicar en conjunto la Policía y la denuncia de la ciudadanía. Pues el incremento de aseguramientos de solventes es preocupante”, advirtieron funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSP-DF).

 

Un ejemplo del avance que podría haber en el combate a este delito mediante la denuncia ciudadana, fueron las detenciones del jueves pasado en la colonia Tepalcates, en Iztapalapa, donde vecinos informaron que tres hombres deambulaban por el Colegio de Ciencias y Humanidades Oriente, para ofrecer droga a estudiantes.

 

Con el reporte, los policías ubicaron a los sospechosos en la intersección de las calzadas Canal de San Juan e Ignacio Zaragoza, en posesión de 500 gramos de marihuana y 16 envoltorios de cocaína.

 

“La situación es que luego se conocen, pues son vecinos y llevan años seguramente de saber a qué se dedican, y por lo mismo se sienten amenazados y no denuncian. Eso es grave, porque el negocio se hereda y no hay reportes, entonces no hay forma de sacar la droga de las colonias”, acusaron las fuentes de la SSP consultadas.