El periódico A.M. de León le puso nombre y apellido al famoso tema de los moches panistas. Publicó que la ex alcaldesa panista Rubí Laura López y la gestora Azucena Ingrid Palacios fueron hombro con hombro en una operación en el otoño de 2010, donde la segunda dijo que gestionaría recursos para el municipio por una comisión de 30%. Como no le pagaron se fue a tribunales y el periódico identificó la demanda civil. Lo que también dijo es que doña Azucena trabajó muy cerca del ex alcalde de Querétaro, Francisco Domínguez, hoy senador y miembros, quién lo diría, de la burbuja del senador Ernesto Cordero.

 

Asegura el comisionado de Seguridad Nacional, Manuel Mondragón, que para nada que está en la congeladora. Qué sí ha estado en la foto de los eventos, como la semana pasada cuando estuvo en el presídium donde se anunció al zar antisecuestro, y que las líneas de trabajo de la Estrategia Nacional Antisecuestro fueron diseñadas con aportaciones de la dependencia a su cargo. El nuevo zar, Renato Sales, ya se quejó en la prensa de que lo que encontró fue cercano a la desgracia, por lo que, hasta ahora, no se sabe todavía en dónde delimita el doctor Mondragón sus funciones, o si hay algo que no le han terminado de informar… que puede pasar.

 

El coordinador de la bancada del PRI en el Senado, Emilio Gamboa, está totalmente convencido de que la cuarentena de leyes secundarias e iniciativas que revisarán en el periodo ordinario de sesiones que recién comienza, serán aprobadas, sin problema, en tiempo y forma. Dos son cruciales, por cuanto a la exposición en la opinión pública, la de telecomunicaciones, donde dice que hay “intereses muy fuertes”,  y energética, donde, dicen los que saben, buscará que senadores perredistas puedan votar alguna en la cual estén de acuerdo. Lo más seguro, sin embargo, es que no lo hagan.

 

Napoleón Gómez Urrutia, el líder minero prófugo de la justicia, abrió sus frentes de batalla en la opinión pública, aunque disfrazado. Dicen los que saben que le está inyectando dinero a algunos blogs de personajes vinculados con Morena en algunos estados costeros, para que desplieguen actos de intimidación contra figuras públicas a través de las redes sociales. Don Napito, sentenciado por haberse apropiado de 55 millones de dólares del sindicato, ha encontrado en francotiradores a sueldo una nueva forma de lucha mediática.