BRUSELAS. La corrupción dentro de la Unión Europea (UE) es una práctica extendida que cuesta a la economía 162 mil 190 millones de dólares anuales  y amenaza la credibilidad institucional de los estados y gobiernos, según un informe oficial.

 

Esa cifra representa aproximadamente el 1% del Producto Interno Bruto del conjunto de los 28 países del bloque, precisa el documento de 16 páginas.

 

La comisionada europea de Asuntos Interiores, Cecilia Malmstrom,, dijo que la cantidad de dinero perdido por sobornos, pagos excesivos, financiamiento político ilegal y otras prácticas inescrupulosas equivale al presupuesto operativo anual de la UE.

 

Todos los 28 países miembros del bloque sufren de corrupción, en mayor o menor nivel, según la averiguación.

 

“No hay zonas libres de corrupción en Europa”, dijo Malmstrom en conferencia de prensa. “No estamos haciendo lo suficiente y esto se cumple en todos los estados miembros”.

 

Los 28 países deberían prestar mayor atención a este fenómeno que “mina la confianza de los ciudadanos en las instituciones democráticas y en el Estado de Derecho, daña la economía europea y priva a los Estados de unos ingresos fiscales muy necesarios”, alertó Malmstrom.

 

“Es un panorama global de la situación por países”, añadió Malmstrom, además de subrayar que en el documento la Comisión Europea “no propone ninguna sanción ni ninguna nueva regulación”.

 

Otras áreas riesgo detectadas en los gobiernos son los sectores del desarrollo urbano, la construcción y la sanidad, los cuales resultan muy vulnerables a la corrupción.

 

También se señala como peligrosos los niveles de gobierno regional y local, donde los controles y auditorías suelen ser menos estrictos que a nivel central.

 

En una encuesta Eurobarómetro difundida por la Comisión Europea se señala que una media del 76 % de los europeos considera la corrupción como una práctica generalizada entre los Veintiocho.

 

Según esa encuesta, los países nórdicos son los únicos donde sus ciudadanos creen que la corrupción es rara: Dinamarca (el 75 % de la población piensa que la corrupción es algo excepcional), Finlandia (64 %) y Suecia (54 %), según esos datos.

 

En el sondeo se muestra que Grecia e Italia son, sin embargo, los países en que sus ciudadanos tienen esa percepción en niveles más elevados, con el 99 y el 97 %, respectivamente, mientras que en Lituania, República Checa y España esa cifra alcanza el 95 %.

 

En relación a la respuesta de los gobiernos, una media del 23 % de los europeos considera que los esfuerzos de su Ejecutivo son suficientes para combatir la corrupción de forma eficiente, y un 26 % estiman suficiente los enjuiciamientos por corrupción que concluyen con éxito.

 

El primer reporte anticorrupción de la UE se da a conocer después de cinco años de crisis económicas y cuando apenas faltan unos meses para las elecciones al Parlamento Europeo.