COLOMBIA. La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) admitió que un ataque en el que murió un civil lo realizó una de sus unidades y dijo que se aplicarán correctivos disciplinarios, mientras su líder indicó que los rebeldes derribaron dos helicópteros al servicio de los militares, lo que el gobierno niega.

 

Las informaciones fueron divulgadas por las FARC, en dos comunicados divulgados la víspera en su página de internet.

 

El ataque mencionado por los rebeldes ocurrió el 16 de enero en la localidad de Pradera, en el departamento de Valle del Cauca y a unos 260 kilómetros al suroeste de Bogotá, un día después de concluido un cese de fuego unilateral de un mes declarado por las FARC en diciembre.

 

En esa localidad estalló una motocicleta-bomba que mató a un transeúnte y dejó a unas 20 personas heridas.

 

La jefatura rebelde “expresa su repudio y condena ante este tipo de hechos”, señaló el comunicado que agregó que tras una investigación se concluyó que “en efecto la orden partió del mando de una de las unidades que componen el Bloque Móvil Arturo Ruiz de las FARC-EP (Ejército del Pueblo)”.

 

Lo ocurrido “conduce a nuestro reproche abierto y a la aplicación de los correspondientes correctivos disciplinarios”, indicó la guerrilla en el comunicado fechado el 21 de enero desde las “Montañas de Colombia”, sin especificar las medidas disciplinarias.

 

Aclara, sin embargo, que sus autores “jamás tuvieron la intención de ocasionar algún daño a la población civil no combatiente, lo cual no excluye su responsabilidad por la falta de previsión…”.

 

Inicialmente algunos de los voceros rebeldes negaron la autoría del ataque al hablar desde La Habana, donde los rebeldes mantienen negociaciones de paz con delegados del gobierno del presidente Juan Manuel Santos desde fines de 2012.

 

Ariel Avila, analista de la no gubernamental Fundación Paz y Reconciliación, en diálogo telefónico con AP, dijo que el reconocimiento de la guerrilla y su anuncio de medidas correctivas era algo inusual y llamaba la atención ya que en el pasado las FARC han admitido algunas acciones, como secuestros, la aplicación de la “justicia revolucionaria”, o el ajusticiamiento de algunos desertores e indígenas a quienes acusaron de colaborar con la fuerza pública.

 

“No es tan cierto que ese bloque el Arturo Ruiz esté dividido o esté por fuera de la negociación (de paz). De hecho es una estructura muy bien articulada”, dijo Avila.

 

“Pero ahí hubo muy seguramente errores operativos, es decir, las FARC ordenaron que una vez terminada la tregua se hicieran acciones armadas y hacen esta acción en Pradera que es totalmente desbordada y casi de terrorismo puro, entonces hay una corrección. No digamos que hay saboteo interno”, aseguró.

 

En concepto de Avila, tal reconocimiento del ataque “obedece obviamente a mandar un mensaje hacia el proceso de paz, a mostrar que están comprometidas y obviamente un mensaje a su tropa de que puede hacer acciones, pero no de este tipo”.

 

En tanto, el máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverry, alias “Timochenko”, en un segundo comunicado de la guerrilla, dijo que dos helicópteros al servicio de las fuerzas militares que cayeron en diciembre y en enero en distintas zonas rurales del departamento de Antioquia, al noroeste del país, fue por acción de los rebeldes, lo que hasta ahora ha sido negado por las autoridades que dicen que aún investigan las causas.

 

Timochenko criticó que mientras el Ministerio de Defensa divulgaba resultados de distintos operativos en contra de los rebeldes en los últimos días, con más de una veintena de guerrilleros abatidos, a la vez ese portafolio “ha asumido la posición de callar y ocultar los golpes propinados por la insurgencia a su aparato de muerte y terror”, y aludió al caso de los dos helicópteros caídos.

 

Puso como ejemplo el “aparato derribado el 9 de enero por unidades conjuntas de las FARC y el ELN (Ejército de Liberación Nacional) en el área rural del municipio de Anorí, (en Antioquia)…(y) que el alto mando militar prefirió atribuir a cualquier otra causa”.

 

Hasta ahora las autoridades sólo han confirmado que un helicóptero civil al servicio del Ejército cayó en Anorí y murieron sus cinco ocupantes: dos militares, un policía, un sacerdote castrense y el piloto civil.