El crecimiento esperado de la economía mexicana para este año, mayor a 3.0 por ciento, solo reflejaría un comportamiento inercial, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

 

El organismo de investigación del sector privado urgió por ello a acelerar los ajustes que faltan en las reformas estructurales para estimular el sector productivo, el empleo y el bienestar de la población, pues además la carga tributaria creada por la reforma hacendaria afectará el poder adquisitivo de las familias.

 

“Las expectativas todavía reflejan un comportamiento inercial de la economía. De darse correctamente las leyes secundarias y lograr un verdadero Estado de derecho en la economía entonces sí se podría pensar en lograr tasas de crecimiento cercanas a 5.0 por ciento. Pero no este año”, argumenta.

 

Señala que las expectativas de crecimiento para 2014 anticipan que la economía mexicana se recuperará después del debilitamiento que tuvo durante 2013, lo que ha comenzado a generar un entorno de mayor confianza para los agentes económicos.

 

La Secretaría de Hacienda prevé que en este año el PIB tenga un avance de 3.9 por ciento, en tanto que el pronóstico promedio de la más reciente encuesta de los analistas del sector privado se ubicó en 3.41 por ciento, y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima un crecimiento de 3.8 por ciento.

 

En su reporte semanal “Análisis económico ejecutivo”, el CEESP apunta que buena parte del contexto en el que se basan estos pronósticos se relaciona con el efecto que tendrán las reformas aprobadas por el Congreso.

 

No obstante, acota, este supuesto podría no ser tan sólido si se considera que, antes que nada, deben aprobarse las leyes secundarias, lo que deja su efecto no para este año, sino posiblemente se observarían algunos de sus beneficios reales a partir de 2015 y después, en el caso de la reforma energética.

 

De acuerdo con el CEESP, el crecimiento mayor a 3.0 por ciento esperado por la mayoría para 2014 provendrá principalmente de la ausencia de los factores que debilitaron a la actividad económica en 2013.

 

La Secretaría de Hacienda asegura que este año no habrá subejercicio del gasto público, uno de los factores que inhibió el dinamismo de la economía en 2013, y tampoco se esperan problemas de desabasto de gas, y la construcción recuperará su dinámica ante la expectativa de una mayor inversión pública y privada.

 

Además, continúa el organismo privado, no habrá cambio de base en las Cuentas Nacionales que incidan en el ritmo de avance del PIB y, por el contrario, se espera que la economía de Estados Unidos recupere su dinamismo, lo que incidiría positivamente en la actividad productiva de México.

 

“En este contexto, entonces el ritmo de crecimiento que se espera estaría reflejando solo un comportamiento inercial, lo que hace más urgente acelerar los ajustes que faltan para estimular el sector productivo, el empleo y el bienestar de la población”, afirma.

 

Refiere que en este año la economía mexicana deberá convivir con una reforma fiscal que creó nuevos impuestos sobre utilidades en bolsa, dividendos, regalías y ganancias del sector minero.

 

Asimismo, sobre bebidas azucaradas, alimentos denominados chatarra y comida para mascotas, y se homologó la tasa de Impuesto al Valor Agregado (IVA) en la frontera, además de eliminar el régimen de consolidación fiscal.

 

“Este entorno podría tener una incidencia negativa sobre la inversión, lo que inhibiría un mayor dinamismo productivo y la creación de empleos formales bien remunerados”, advierte.

 

Para el CEESP, “la situación sigue siendo compleja porque toda esta carga tributaria sin duda afectará el poder adquisitivo de las familias”.