PARÍS. La presidenta del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, señaló que espera lograr más de mil concejales para su partido en las elecciones municipales que se celebrarán en marzo en Francia, frente a los 60 que tiene ahora, así como también algunas alcaldías.

 

“Esperamos tener más de mil concejales” y “ganar ayuntamientos”, partiendo de que ahora el FN no gobierna ninguno con el objetivo puesto en “una implantación local duradera”, señaló Le Pen en una conferencia de prensa para explicar su estrategia política este año.

 

Respecto a los comicios europeos que se celebrarán en mayo, avanzó que su estrategia se centrará en mostrar que “se está hundiendo la polarización” entre el Partido Socialista (PS) y la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), aunque explícitamente no se fijó como meta convertirse en la formación más votada, según le auguran algunos sondeos de los últimos meses.

 

“Las elecciones de 2014, y en particular las europeas, permitirán la recomposición del paisaje político francés”, de acuerdo con el análisis de la líder de la ultraderecha, porque entre otras cosas pondrán en evidencia que el PS, la UMP, pero también los centristas de la UDI o los verdes “dicen todos los mismo y hacen la misma política cuando están en el poder”.

 

En esa línea, anunció que desde el FN trabajarán “por la claridad del debate”, contra las “operaciones de distracción” de las que acusó al Gobierno de izquierdas, y en particular a los ministros de Interior, Manuel Valls, y de Justicia, Christiane Taubira, a los que criticó por el balance de su acción, en particular contra la delincuencia y la inmigración.

 

A su juicio “los franceses quieren que sus representantes políticos se ocupen de sus preocupaciones esenciales”, como son el trabajo, “la mala calidad de la formación profesional”, “las pensiones bajas”, “la deslocalización de las empresas”, “la inseguridad” o el trato que se da a las víctimas de delincuencia.

 

Le Pen reiteró su discurso antieuropeo y su voluntad de sacar a su país del euro, al que reprochó entre otras cosas ser “demasiado fuerte” y perjudicar la competitividad de las empresas francesas.

 

Denunció que “los eurófilos no defienden a Europa, sino el mantenimiento de un sistema” y dijo que se opondrá a “los dictados” de la canciller alemana, Angela Merkel.

 

A ese mismo respecto, estimó que con las negociaciones entre Bruselas y Washington para un acuerdo de libre comercio, “lo que se intenta es arrimar Europa al dólar” y “arrimar Europa de forma definitiva a Estados Unidos”.

 

Frente a esa visión, dijo la líder ultraderechista señaló que ella apuesta por “un mundo multipolar” y cree que “Francia debe tener su voz particular” en la escena internacional, lo que significa “recuperar su voz frente a Europa” y frente al resto del mundo.

 

La presidenta del FN, a la que esta vez no acompañó su padre, el fundador del partido, Jean-Marie Le Pen, porque “está de vacaciones”, tuvo que responder a una gran cantidad de preguntas sobre la intención del Gobierno francés de prohibir los espectáculos del humorista Dieudonné, acusado y condenado en varias ocasiones de antisemitismo y de injurias.

 

Tras insistir en que esa polémica es “una vendetta personal de Valls contra un humorista”, hizo hincapié en que por su tradición de respeto la libertad de expresión, en Francia “no se puede prohibir un espectáculo a priori”.

 

Y aunque reconoció que “(le) chocan algunas declaraciones de Dieudonné”, como aquellas en las que lamentaba que Patrick Cohen, un periodista judío, no hubiera pasado por las cámaras de gas, insistió en que lo que hay que hacer es denunciar cada vez al humorista ante los tribunales.

 

Extremadamente autoritaria

 

El Frente Nacional (FN) goza de cabal salud. Así lo indican las encuestas que lo sitúan, en cuanto a intención de voto, por arriba del Partido Socialista Francés (PSF) y el Unión de Movimiento Popular (UMP). Las elecciones municipales y europeas se encuentran a la vuelta de la esquina. De ahí que el periódico Le Monde le haya interesado lo que gente cercana al FN opina sobre su presidenta, Marine Le Pen.

 

Respetando el anonimato que pidieron los entrevistados, algunos de ellos describen a Marine Le Pen como una política que no podría gobernar en Francia: si bien es cierto que la consideran inteligente,  acostumbra rodearse de gente cortesana que le alimentan su ego. Otro testimonio apunta a que ella acostumbra a escuchar los problemas que rodean al partido pero no los resuelve.

 

Uno de los personajes de mayor peso en el partido, declaró a Le Monde que Marie Le Pen “ha realizado un gran trabajo con base a sacrificios, sin embrago, su personalidad es extremadamente autoritaria y nadie en su entorno le dice nada”. El mismo personaje apunta que Marie es solitaria, “no le gusta trabajar en equipo”. Según gente del FN, las decisiones estratégicas del partido únicamente las toman Marine Le Pen y Florian Philippot, vicepresidente del partido; tecnócrata de 30 años.

 

Cuando el padre de Marine, Jean Marie Le Pen dejó la presidencia del partido, pocos apostaban al éxito de su sucesora. Hoy, el FN es envidia demoscópica de los dos principales partidos, incluyendo al del presidente Hollande.