BRASIL. El ex analista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, Edward Snowden, se propone pedir asilo permanente a Brasil, pese a que el país ya se lo ha negado, según una carta que obtuvo y publica hoy el diario Folha de Sao Paulo.

 

Brasil, después de que Snowden reveló que las comunicaciones de la presidenta Dilma Rousseff, varios de sus ministros y hasta de la empresa pública Petrobras habían sido vigiladas por EU, se ha puesto a la cabeza de diversas iniciativas globales para regular el espionaje a través de internet.

 

En una “Carta abierta al pueblo de Brasil“, publicada hoy por Folha de Sao Paulo, Snowden dice que “emergió de las sombras de la NSA” para “compartir con el mundo” las pruebas de que se “ha montado un sistema de vigilancia mundial para rastrear secretamente cómo vivimos, con quién conversamos y qué decimos”.

 

Afirma que decidió denunciar esas prácticas convencido de que “los ciudadanos merecen entender el sistema en el cual viven” y que la “reacción de ciertos países” a sus acusaciones, entre los que cita a Brasil, “ha sido inspiradora”.

 

En la carta obtenida por Folha de Sao Paulo, Snowden se refiere a la forma en que Brasil fue afectado por el espionaje estadunidense.

 

“La NSA y otras agencias dicen que, por nuestra propia seguridad, en nombre de la seguridad de Rousseff y de la Petrobras, revocaron nuestro derecho a la privacidad e invadieron nuestras vidas, y lo hicieron sin pedir permiso a la población de ningún país”.

 

Agrega que “hoy, cuando una persona carga un teléfono móvil en Sao Paulo, la NSA puede rastrear dónde está y qué hace. Y hace eso cinco mil millones de veces por día con personas del mundo entero”.

 

Snowden reitera su disposición de “ayudar cuando eso sea apropiado y legal”, pero sostiene que “el Gobierno de Estados Unidos trabaja arduamente para limitar” su “capacidad de hacerlo”.

 

Cita en ese sentido que las “maniobras” de Estados Unidos “han llegado al punto de obligar a aterrizar el avión del presidente de Bolivia Evo Morales” en Europa ante la sospecha de que él estaba a bordo.

 

Según Snowden, “hasta que algún país” le conceda asilo permanente “el Gobierno de Estados Unidos seguirá interfiriendo” en su “capacidad de hablar” y denunciar.

 

En Brasil reside el periodista Glenn Greenwald, ex columnista del diario británico The Guardian, quien es uno de los “contactos” de Snowden y publicó muchos de los documentos revelados por el antiguo empleado de la NSA.

 

“Si el Gobierno brasileño agradece las revelaciones, sería muy lógico protegerlo”, declaró Greenwald a Folha de Sao Paulo.

 

Al obtener refugio en forma temporal en Rusia, en junio de este año, Snowden pidió asiló a una decena de países, entre ellos Brasil, pero el Gobierno de Rousseff se limitó a comunicar que “no tenía intención de responder”, lo que en términos diplomáticos equivale a una negativa.

 

Dos meses después, documentos entregados por Snowden a Greenwald demostraron que hasta las comunicaciones personales de Rousseff eran espiadas, lo que llevó a la mandataria a cancelar una visita de Estado que haría a Washington en octubre.

 

Las relaciones entre Brasil y Estados Unidos se enfriaron desde entonces y Rousseff decidió promover un debate en la ONU, con el objetivo de que establezcan normas globales que impidan el espionaje a través de internet.

 

Asimismo, la mandataria brasileña ha convocado a una conferencia global para marzo del año próximo en Sao Paulo, a fin de que el asunto sea debatido por jefes de Estado, empresarios, académicos y movimientos sociales.