La baja calidad de la educación en México es un obstáculo para el crecimiento y desarrollo económico, además de que inhibe la posibilidad de reducir la pobreza, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

 

De acuerdo con el reporte semanal “Análisis económico ejecutivo” del organismo dependiente del Consejo de Coordinador Empresarial (CCE), la calidad educativa se ha quedado únicamente en el discurso de los últimos cinco presidentes en México, sin una política contundente.

 

En el reporte, el organismo señaló que la cobertura, el promedio de escolaridad de la población y el gasto canalizado a la educación aumentaron, pero que indicadores internacionales como el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés)  determinan que la calidad del sistema educativo es baja y no mejora.

 

Los resultados de la prueba PISA 2012, dados a conocer hace unos días por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), revelaron que los conocimientos y habilidades de los estudiantes mexicanos en lectura y matemáticas se mantuvieron muy por debajo de lo que significa un grado elemental.

 

Las calificaciones de las asignaturas evaluadas muestran un deterioro, lo que propició que México descendiera cinco lugares en el ranking mundial respecto a la evaluación previa (2009), para colocarse en la posición 53 de un universo de 65 países.

 

El reporte de la OCDE señala que en 2012 México obtuvo una calificación de 413 puntos en matemáticas y de 424 en lectura, a pesar de que la meta impuesta en el sexenio de Felipe Calderón eran 435 puntos en ambos rubros.

 

“Quiero imaginemos que es posible una verdadera sociedad del conocimiento donde todos tengan acceso a la educación de calidad”, dijo el ex presidente al inicio de su gobierno, e incluso a la mitad de su mandato firmó la Alianza por la Calidad de la Educación con la ex lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo.

 

Sin embargo, desde la administración de Carlos Salinas de Gortari se enfatizó el discurso para “mejorar la calidad de la educación”. A mediados de los 90, el priista señaló la importancia de incrementar la “calidad en la preparación que se dé a los jóvenes”.

 

Posteriormente, Ernesto Zedillo y Vicente Fox reiteraron la importancia de la educación durante sus mandatos, argumentando que los estudiantes son el futuro de la nación. Enrique Peña Nieto replicó el objetivo y reiteró la importancia de la calidad desde el primer día de su gobierno.

 

“La nueva administración tiene una tarea difícil en materia educativa. El Estado debe recuperar la rectoría del sector educativo en materia de selección, permanencia y estímulos para los profesores”, expresó el CEESP en su reporte semanal.

 

El análisis de este órgano de estudios señaló que no hay razón de que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) siga ejerciendo el poder en el tema educativo, cuando el Estado es el responsable.

 

De igual modo, señala que no hay duda de que los maestros son el pilar de la educación en México, pero eso no les da la autoridad de tomar como rehén al sistema educativo en la búsqueda de beneficios particulares o de fracciones políticas, cuando el país en su totalidad aprobó las reglas que deberán acatar los docentes para mejorar la calidad de la enseñanza.

 

De acuerdo con la postura del CEESP, “un buen sistema educativo también debe estar dirigido a solucionar los problemas de corrupción, de falta de transparencia, de delincuencia organizada y de desintegración familiar, además de fortalecer el respeto por las leyes y reglamentos”.