Fueron los 100 minutos más costosos para el Aeropuerto de la Ciudad de México, tras el cierre de sus operaciones el pasado 20 de noviembre. Las aerolíneas definieron sus daños como “incalculables” y pedirán ser resarcidas. Además, autoridades aeronáuticas internacionales solicitaron los detalles que motivaron el cierre de pistas, por los posibles riesgos de seguridad en el espacio aéreo.

 

Y es que mientras se desarrollaba el desfile por el Aniversario de la Revolución, ya cerca del medio día, en el aire sobrevolaban unos 80 aviones comerciales que esperaban aterrizar y que alcanzaron hasta 100 millas.

 

A partir de testimonios de pilotos, controladores aéreos, pasajeros, funcionarios de aerolíneas y del gobierno, 24 HORAS logró reconstruir cómo se organizó en 20 horas el desfile militar y el riesgo que existió en el espacio aéreo.

 

Queda suspendido

 

Comenzaba noviembre y el Ejército, junto con la SEP, definía los preparativos para el desfile de aniversario de la Revolución.

 

Se propuso entonces que, por primera vez, participara el Ejército con efectivos y vehículos de tierra, además del desplazamiento de sus aviones F-5 para una demostración.

 

Pero entre el 7 y 8 de noviembre desde la Secretaría de Gobernación se informó a las distintas dependencias que se cancelaba la planeación del evento. Solamente sería un acto protocolario para la entrega de reconocimientos.

 

Pero el 19 de noviembre, antes de medio día, comenzaron a enviarse los avisos a las dependencias: el desfile sí se hará, será en el Zócalo y se cerrará el Aeropuerto, porque habrá una parada militar con helicópteros, cuatro F-5 y 12 aviones PC-7.

 

La información corroborada con distintas fuentes muestra que desde el medio día hasta las cuatro de la tarde, desde distintas áreas de la SCT se trató de modificar la decisión del cierre de la terminal aérea, por los daños económicos y la mala imagen que esto causaría, pero no hubo cambio de planes.

 

A las cinco de la tarde de ese martes se les informó a las aerolíneas comerciales y privados que desde las 09.50 horas, hasta el mediodía, no habría operaciones. Se emitió entonces el notam internacional, para que todos los aeropuertos estuvieran enterados.

 

Las protestas fueron inmediatas, era casi imposible, coincidieron los representantes de las aerolíneas modificar itinerarios provenientes de Asia y Europa, se perderían conexiones, tendrían que pagar horas extras al personal, renta de más tiempo de permanencia en las plataformas y pago de combustible. Sería un daño en cadena, expusieron, pero la decisión estaba tomada se les reiteró.

 

Cierran espacio aéreo

 

Puntual, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de la México, el más grande de Latinoamérica y con mil vuelos promedio al día, cerró sus operaciones a la hora fijada. Los aviones se quedaron en tierra y el aire quedó despejado.

 

Los helicópteros y aviones de la Fuerza Aérea Mexicana despegaron y sobrevolaron la Ciudad. Los paracaidistas aterrizaron en el Zócalo y cuando terminó el discurso de Peña Nieto los PC-7 mostraran colores de la bandera y los F-5 pasaron a toda velocidad.

 

A las 11:30 de la mañana, los vuelos internacionales comenzaron a sobrevolar el espacio aéreo mexicano, para aterrizar en el orden que les indicara la torre de control a partir de las 12, como se había dispuesto.

 

Pero cinco minutos antes del medio día, la Fuerza Aérea pidió 10 minutos más de tiempo, porque el acto no terminaba aún.

 

Los controladores aéreos debieron organizar los aviones en el aire, que conforme pasaban los minutos se acumulaban.

 

Las 12:15 y las pistas permanecían cerradas. En el aire había hasta 80 aviones, en un diámetro de 100 millas. Los radares estaban saturados, pero todo se mantenía bajo control. En el centro de control aéreo las operaciones están en su punto más alto, la tensión al máximo, porque el riesgo de un accidente era latente si un piloto no seguía las instrucciones precisas de ubicación, velocidad y distancia.

 

Los aviones que no tenían combustible suficiente fueron enviados a los aeropuertos de Guanajuato, Querétaro y Guerrero, en total 18, donde se  quedaron algunas horas.

 

Las 12:25 horas, tiempo límite. Se le informó a la Fuerza Aérea que era urgente reabrir las operaciones. El cielo estaba saturado. Las 12:31, el primer avión llegó a pista y le siguieron el resto. En tierra se reorganizó la operación en plataformas, que fueron insuficientes para atender a todos los vuelos que aterrizan.

 

Los retrasos siguen hasta el día siguiente. En total 157 vuelos afectados y 18 mil pasajeros.

 

Hace unos días, al conocerse la información preliminar, las autoridades aeronáuticas internacionales solicitaron conocer más detalles de lo ocurrido, para definir si se siguieron los protocolos internacionales de seguridad. Las aerolíneas por su parte están definiendo qué resarcimiento de daños solicitarán al gobierno, uno de los primeros acuerdos es que exigirán que no se les cobre el combustible utilizado ese 20 de noviembre.