Razones futboleras para rasgarnos las vestiduras, hubieran sobrado: Zlatan Ibrahimovic, el descomunal artista del balón, se queda fuera del Mundial… Razones completamente atenuadas porque, afortunadamente y con el inmenso respeto que merece el sueco, eso significa que en Brasil 2014 no nos quedaremos sin ver a uno de los más grandes de todos los tiempos, llamado Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro.

Un partido épico para dos futbolistas épicos: Cristiano había anotado el solitario gol de la victoria portuguesa en la ida y abrió la vuelta clavando otro tanto. Ibra hizo creer en el milagro sueco tras hacer dos dianas en cinco minutos, pero de inmediato respondió CR7 con otros dos. Sí, hablamos de goles como si fueran cosas cualquieras, como si se tratara de un par de trámites obvios y rápidos, porque en eso han convertido el sentido de meter el balón a la portería, tamaños portentos.

 

Por esta vez, me atrevo a repetir unos párrafos ya publicados con anterioridad en este espacio, bajo el título “En defensa de Cristiano”: