Noticias como esta dan tristeza. El reciente actuar de la actriz Lindsay Lohan muestran que el cambio que tanto se decía tuvo fue tan sólo un espejismo pues regreso a las andadas por las calles de Nueva York y no lo hizo de manera discreta.
Como ha sido usual en ella, Lindsay se fue de fiesta a un bar pero protagonizó una pelea con los encargados del lugar algo que sin duda afecta su historial no sólo personal sino judicial.
Diversos medios internacionales publicaron algunas fotografías en las que se aprecia a Lohan con una botella de vino en la mano en un bar que cuenta con karaoke. El problema inició cuando le indicaron que cerrarían el bar y ella solicitó lo dejaran abierto mucho más tiempo del habitual para que fuera atendida a lo que los responsables del lugar se negaron obteniendo como respuesta una escena de agresión y violencia verbal por parte de la actriz.
Para colmo y escalando aún más, la propia Lindsay llamó a la policía local para que acudieran al lugar supuestamente a rescatarla además de que por el tiempo perdió el avión que debía abordar.
El personal y dueño del Sing Sing no levantaron cargos contra la actriz pero no fue necesario pues todos los incidentes que protagonizan van directo al expediente abierto que tiene con las autoridades.
Lo realmente preocupante son sus recurrentes momentos de recuperación y recaída que demuestran no ha superado ni evolucionado en favor de controlar su consumo de alcohol y sustancias nocivas para la salud.
A ver en qué termina todo esto.