Aprovechar el sonido para manipular a las personas es algo cotidiano.

“Se puede utilizar el sonido para inspirar miedo, los gobiernos lo usan para disipar protestas. Por ejemplo, en Gran Bretaña utilizan dispositivos acústicos que emiten frecuencias muy altas y muy dolorosas, las usan en protestas para que la manifestación se disuelva”, dijo Steve Goodman, doctor en filosofía por la Universidad de Warwik en Gran Bretaña, DJ y dueño del sello discográfico Hyperdub.

 

En entrevista con 24 HORAS, después de su actuación en el Festival Mutek dentro del cartel de Nocturno 2, el DJ conocido como Kode9 platicó acerca de su interés por el uso del sonido como instrumento político y el la aceleración de ventas, en la publicidad.

 

“Yo lo veo en todos lados, siempre me ha interesado el uso del sonido en la publicidad y cómo la gente se relaciona mediante el audio con ciertas marcas”, dijo el músico.

 

Kode9 no sólo es uno de los pioneros del dubstep en la escena británica de la música electrónica, también es un reconocido experto en la conocida “sonic warfare”, la militarización del sonido.

 

“Si tú vas caminando y vas de compras, caminas por una serie de escaparates y ellos compiten con grandes marcas con marcas sólidas. Esto es muy interesante ver cómo la tecnología se convierte en una ingeniería de espacios. Cómo convierte a la gente en objetivo, en mercado. La gente se convierte en target y escucha altavoces en los centros comerciales y tú compras más, caminan contigo, el altavoz va contigo y se convierten en lo único que escuchas”, explica Goodman.

 

Esta inquietud llevó a Goodman a escribir Sonic Warfare: Sound, Affect an Ecology of Fear, publicado por el Instituto de Tecnología de Massachusets (MIT). El libro se volvió un referente obligado para entender las armas no letales basadas en el sonido.

 

“Esta conexión me interesa porque se convierte en algo espantoso. Es algo siniestro porque es descubrir el potencial del sonido para cambiar lo que la gente piensa. Lo usan, por ejemplo, para disipar gente en las protestas, para disiparlas”, dijo Kode9.

 

En su libro, calificado como fascinante por el MIT, Goodman analiza ambientes o ecologías, en las que el sonido contribuye a crear inmersión sonora, incluso terror, pues el sonido ayuda a producir atmósferas amenazantes.

 

“En septiembre pasado (se refiere a 2009), la policía de Pittsburgh utilizó un dispositivo conocido como el cañón LRAD (Dispositivo Acústico de Largo Alcance, por sus siglas en inglés) contra los manifestantes del G-20. Es el primer uso documentado de uno de estos cañones acústicos contra la población civil en los Estados Unidos. A todo volumen, el cañón es capaz de emitir tonos de aviso de tono alto en 146 decibeles, lo suficientemente fuertes para causar daños permanentes en el oído.”, dice el libro publicado por el músico y doctor en MIT Press en 2009.

 

De México, dice Goodman, no conoce ningún ejemplo. Aunque investiga de cerca lo que pasa en todo el mundo.