Cuando la ignorancia se pierde es para siempre. Esto lo saben muy bien aquellas personas a quienes les diagnostican alguna enfermedad y resulta mucho más contundente cuando ésta es incurable, progresiva y mortal.

 

Mariela experimentó esta terrible situación cuando su médico interpretó los resultados de sus últimos análisis de mastografía. “Cáncer de mama tipo 1”, fueron las palabras que el galeno usó para adentrar a su paciente en la realidad que se cernía a su alrededor. Y aunque ofreció su mirada a la paciente, ella no pudo hallar en sus ojos un asidero para soportar lo que vendría. “Es una guerra que no siempre se gana pero en la que, afortunadamente, no todo está perdido”, le dijo a Mariela el doctor en un intento por confortarla.

 

En todo el mundo, el cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en mujeres y también la principal causa de muerte de la población femenina. Aunque hasta hace relativamente poco tiempo se creía que éste era un padecimiento común en países occidentales desarrollados, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que aumenta su incidencia en países en desarrollo, e incluso pobres.

 

También, que a partir de 2005, el rango de edades de este mal abarca progresivamente incluso a mujeres 10 años más jóvenes que el promedio. Otro dato es que la falta de infraestructura clínica para la detección temprana de este padecimiento, y de otros como el cáncer cervical-uterino y el de ovarios, incide negativamente en el número de casos mortales, especialmente en los países en desarrollo, donde las mujeres afectadas son diagnosticadas cuando el mal se halla en etapas muy avanzadas.

 

De acuerdo con información basada en la OMS y difundida por el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) “cada 30 segundos se diagnostica una mujer con cáncer de mama en América Latina y el Caribe, y mueren aproximadamente 40 mil mujeres al año. En México, sólo en 2009, este padecimiento afectó a ocho mil 428 mujeres, de las cuales 58% falleció, lo que representa cerca de 14 muertes diarias o una cada 2 horas”.

 

En la lucha contra este mal, hoy martes se lleva a cabo en la Ciudad de México el Día de la Genómica del Cáncer. Una jornada de trabajo muy importante que tendrá efecto en las instalaciones del Inmegen, con la colaboración de la Secretaría de Salud y la Fundación del Cáncer de Mama, AC (Fucam), y que reunirá a los hombres y mujeres de las comunidades científica, médica y de gobierno, quienes compartirán experiencia, hallazgos y prestigio acumulados a lo largo de años de investigación genómica en cáncer de mama, así como las perspectivas en cuanto a prevención, diagnóstico, seguimiento y tratamiento.

 

Además, durante la jornada de trabajo de hoy se prevén alianzas estratégicas del Inmegen con el Instituto de Enfermedades de la Mama, la Red de Investigación en Cáncer Estados Unidos-Latino América y el Instituto Carlos Slim de la Salud, para profundizar en la investigación científica, comprender las bases moleculares del cáncer de mama en México y desarrollar nuevos o mejorados productos y servicios de base genómica que mejoren la atención quienes la padecen.

 

Todo ello, sin dejar de lado la importancia de las políticas públicas nacionales en este contexto, pues, al igual que en la Secretaría de Salud, el Inmegen y la Fucam, en el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, AC (FCCyT) entendemos el cáncer de mama como “un problema de salud pública, que requiere de atención prioritaria y que debe afrontarse con acciones coordinadas entre el gobierno, las comunidades médica, científica y farmacéutica, y la sociedad en su conjunto”.

 

Posiblemente usted haya visto que la mayoría de los edificios públicos y monumentos de su ciudad luzcan por las noches alumbrados en color rosa. Quizá también vea hoy a mucha gente que lleva un listón de ese tono en la solapa. Esto es porque Evelyn Lauder, nuera de un famoso estilista, tras ser diagnosticada con cáncer de mama fase 1 en 1987, impulsó una campaña de conciencia que en octubre de 1992 se transformó en la Breast Cancer Research Foundation con ese destacado emblema como recordatorio de tan importante lucha.