El pasado 20 de septiembre, en el marco de la visita del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, a nuestro país, para dar a conocer el lanzamiento del Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN), en conjunto con diversas secretarías de Estado mexicanas, como la Cancillería (SRE), la SEP, SAGARPA, SCT y SENER, diversas organizaciones de la academia, la ciencia, la tecnología y la innovación y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) presentaron una serie de propuestas derivadas del Foro Bilateral sobre Educación Superior, Innovación e Investigación (Fobesii), que fue signado en mayo pasado, a partir de la reunión bilateral entre los presidentes Barack Obama y Enrique Peña Nieto, en la Ciudad de México.

 

En aquella ocasión, ambos mandatarios dieron a conocer la agenda de colaboración educativa y científica binacional que dio forma al Fobesii, la cual de inmediato contó con la participación de prácticamente todas las universidades públicas mexicanas y algunas privadas que, en grupos de trabajo, abordaron una extensa gama de temas en los distintos niveles de colaboración bilateral en materia educativa superior, con miras a generar propuestas viables en el corto y el mediano plazos.

 

Como resultado de esos esfuerzos surgió el planteamiento de un programa de actividades que tiene por objeto mejorar sustancialmente “la naturaleza y dinámica de la colaboración binacional”, e incluyen propuestas relacionadas con: movilidad a nivel de licenciatura, posgrado, prácticas profesionales, intercambio académico, idiomas, promoción y desarrollo tecnológico e innovación. Todo ello dentro de un concepto de subsidios estatales (In-State Tuition, en inglés).

 

En el mediano y largo plazos, el programa propuesto plantea la necesidad de una apertura en el horizonte de colaboración bilateral, el cual requiere una evaluación sistemática (anual) para efectuar los ajustes necesarios y que las metas puedan alcanzarse en los periodos estipulados; especialmente en la primera parte de mediano alcance (2014-2018).

 

Actualmente, en lo que respecta a movilidad de estudiantes hacia y desde EU, según datos del Instituto de Educación Internacional (IIE, por sus siglas en inglés) hasta el año pasado había 14 mil jóvenes mexicanos en universidades estadunidenses, “54% a nivel licenciatura y 30% en posgrado”. De acuerdo con cifras del Conacyt, nuestro vecino del norte es el primer receptor de nuevas becas de posgrado para mexicanos en el extranjero, de los cuales mil 171 son becarios Conacyt, mientras 447 realizan algún tipo de estancia académica en EU.

 

La movilidad de estudiantes mexicanos en EU, en relación con su población y la intensidad del comercio con ese país, resulta insuficiente para el nuestro si se la compara, por ejemplo, con Canadá, que es el tercer socio del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (NAFTA, en inglés): mientras México tiene, como ya dijimos, no más de 14 mil estudiantes en la Unión Americana, hay 27 mil estudiantes canadienses.

 

Canadá tiene 35 millones de habitantes, en tanto que en México hay 116 millones (casi cuatro veces más). La proporción entre el número de estudiantes en EU por cada 100 mil habitantes es de 78 para Canadá y de sólo 12 para México. Si relacionamos el número de estudiantes con la intensidad comercial de Canadá y México respecto de Estados Unidos (medido en millones de dólares al año), notaremos que, mientras a nuestro país le corresponden tres estudiantes por cada 100 millones de dólares, Canadá obtiene cuatro.

 

Estas cifras demuestran que existen espacios de oportunidad para intensificar e incrementar el flujo estudiantil en ambos sentidos (México-EU) y en los dos niveles -licenciatura y posgrado-, aunque, para nuestro país, es mayormente conveniente hacerlo en el segundo, especialmente si se quiere alcanzar la meta planteada en la iniciativa La fuerza de los 100 mil en las Américas, que se propone alcanzar este número de estudiantes moviéndose en todo el Continente para 2016.