ana-saldañaEsta última semana, después de 14 años de estar viviendo en la misma casa, finalmente llegó el momento para mudarme. Confieso que nunca había pensado en lo que involucra una mudanza. Como todos, había leído artículos sobre lo difícil que es mudarse. El Consejo de Reubicación de Empleados de los Estados Unidos ubica una mudanza en niveles de estrés equiparables a una muerte o divorcio. Yo pensé que sería inmune, que con una buena organización sortearía cualquier contingencia. Pero nunca está uno preparado para esas sorpresas que te da la vida.

Todo empieza con la búsqueda del nuevo hogar. Fue prácticamente imposible encontrar ese lugar que llenara todas mis expectativas. Mientras más propiedades veía más sentía que mis opciones se iban reduciendo. Varias veces, después de haber hecho un recorrido con una corredora, me pregunté por qué quería dejar mi casa, en la que había sido tan feliz. Pero cuando la desesperación parecía empezar a ganar, como por arte de magia las oportunidades surgieron y encontré un lugar en el que me imaginé que podría vivir encantada.

Siempre había leído que la empacada era de lo más difícil, pero creo que aún más difícil es el proceso de desapego con las cosas. Si se quiere llegar ligero al nuevo hogar, lo más importante es ir seleccionando las cosas que vale la pena guardar. Así, estuve días y días encontrando miles de cosas funcionales, cosas que me traían recuerdos, pero que al final ya no necesitaba. Poco a poco fui sacando y llevando las cosas que se encontraban en buen estado a una casa-hogar cercana que recibe todo tipo de donaciones. Fue liberador. Me impresioné de cómo en el vaivén cotidiano, nos olvidamos de voltear a nuestro alrededor y ver lo mucho que acumulamos. Sin duda, el mudarme fue una gran lección de desapego.

mudanzasUna vez resuelto lo que me llevaría, empecé el proceso de coqueteo con las distintas empresas de mudanzas, en las que las cotizaciones se manejan en todos los espectros de precios. Así, poco a poco, con la información que tienes vas decidiendo a quién confiarle el manejo de tus posesiones más preciadas. Finalmente, después de que me dieran recomendaciones por doquier, me decidí por Mudanzas Gou. Llegaron unos días antes para empezar a empacar. La idea es que van zona por zona poniendo todo en cajas y que al final se cobra por metro cuadrado. Así, yo empaqué algunas cosas y ellos otras. En principio me pareció ideal, ya que rápidamente la casa quedó empacada y lista para la llegada de camiones. Además, confieso que su personal fue una parte importante de la experiencia, ya que era agradable y estaba muy bien capacitado. Hicieron que me sintiera acompañada en el proceso.

Aun así, parecería que es inevitable el insomnio, los dolores musculares ocasionados por estar cargando cosas pesadas, pero sobre todo, la incertidumbre de lo que viene. Comienza la cuenta regresiva y después, inevitablemente llega el día de la mudanza.

Al despertarme el gran día estaba lloviendo a cántaros. Afortunadamente, la lluvia cooperó y paró cuando llegaron los camiones a cargar y descargar. Ya en mi nuevo hogar, poco a poco las cosas empezaron a encontrar su lugar y a darle forma a la decoración. Todo parecía estar funcionando perfectamente hasta que en la mudanza se partió a la mitad mi mesa de comedor. Una mesa de roble fuerte y robusta que ha sido cómplice de cenas memorables entre amigos y seres queridos. Es una pieza importantísima de mi casa. Como contaba con seguro, me dijeron los responsables de la mudanza que no me preocupara, que Gou se haría responsable.

Hoy la nueva casa está prácticamente desempacada, pero aún está presente la sensación de que la mudanza no ha terminado. Han pasado casi 15 días y aún no sé cuándo tendré mi mesa, ni si será reparada adecuadamente. Aún más impactante fue saber que los servicios de mudanzas, cuando hacen reparaciones, no cuentan con una garantía sobre la reparación que han hecho. Puedo regresarla las veces que quiera ya que tiene que quedar a mi satisfacción, pero no parecería haber una política clara de defensa de los derechos del consumidor en cuanto a la responsabilidad que tienen las empresas de mudanza con los seguros que venden a sus clientes y las reclamaciones sobre éstos. Si después de recibirla tengo un problema con la reparación, Gou no se hace responsable. Con contarte, querido lector, que ya hasta he hablado con el Sr. Eduardo Gou. Sí existe un Sr. Gou, director general de la empresa, quien me garantizó que le daría seguimiento personal a mi reparación, pero han pasado varios días desde nuestra conversación y aún no se cuándo estará reparada mi mesa, ni he podido saber exactamente qué tipo de reparación se le hará.

También al momento de desempacar, me di cuenta que las cajas empacadas por Gou traían de chile y de dulce. Vajillas enteras estaban distribuidas en cajas distintas y mezcladas con cojines, copas y hasta ingredientes de cocina. En algunas cajas había más papel que cosas en sí, lo que me puso a pensar en la cantidad de metros que pagué de más. Hice una nota mental, para que si tengo que hacer una mudanza futura, pueda dirigir mejor la manera en que se empaque, así como el inventario de lo que se empacará. Sin duda, entiendo, eso fue más una falta de supervisión de mi parte que un mal trabajo por parte de Gou. Aun así, te confieso que no sé si contrataré a Gou la próxima vez. Sin duda, cuando las cosas salen mal, es cuando uno puede constatar el profesionalismo y seriedad con que se maneja una empresa. Hoy, sigo esperando para ver en acción esa seriedad que es respaldada por 100 años de vida de la empresa.

El proceso aún no termina. La nueva casa ya se siente como hogar. Vivo con una sensación de novedad, de abrir la ventana en una mañana y de descubrir mi nuevo entorno. De investigar los nuevos lugares de mi nuevo barrio. De disfrutar la ligereza que siente uno al ver que ya estás instalado. De ver un nuevo futuro, lleno de horizontes diferentes, con distintas historias y aventuras. Así, es evidente que la vida evoluciona y que junto con el estrés, también está la emoción de iniciar un nuevo ciclo en tu vida. Después de esta mudanza, estoy convencida que una casa nueva, trae una vida nueva.

Espero que tengas un maravilloso fin de semana y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!