El plantón de maestros en el Monumento a la Revolución obligó a los negocios cercanos a innovar. Los platos de jugosos cortes de carne, cuyo costo supera los 100 pesos, dejaron de servirse en las mesas de cuero, en su lugar, los meseros de la Fonda Parrilla Argentina llevan un plato con cuatro tacos de pastor o una torta y un vaso de agua de jamaica, por sólo 25 pesos.

 

En el restaurante Correo Español, los desayunos se ofrecen en 40 pesos, con café incluido, jugo y fruta, además de un plato fuerte. Es el paquete más económico que ofrece el establecimiento, cuya especialidad es el cabrito.

 

Con esta estrategia, los dueños de los restaurantes pretenden resarcir las pérdidas económicas que trajo el plantón de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en el Monumento a la Revolución.

 

“Creemos que esta medida ayudará a mitigar el daño económico. Empezamos el martes y la verdad tuvimos buena respuesta, esperamos que esta semana sea igual”, dice Arturo Pérez, mesero de la Fonda Parrilla Argentina.

 

Pero la medida no ha resultado para todos. Pedro, también mesero del Correo Español, lamenta que la oferta de los desayunos no ha tenido tanto éxito como esperaban. “Ojalá llenáramos con maestros, así no estaríamos tan preocupados”.

 

Desde el viernes 13 de septiembre, los empleados de los restaurantes viven angustiados por que la clientela disminuyó debido al campamento. Además, existe el temor de que el campamento se extienda y los docentes instalen sus carpas en las entradas de los establecimientos, hasta que ya no puedan abrir, como le sucedió a “La Soldadera”.

 

Este restaurante cerró definitivamente sus puertas ese viernes, cuando los maestros, aprovechando el toldo del local, colocaron plásticos y tiendas de campaña alrededor. Pasó una semana y lo único que se ve es la marquesina con el nombre del lugar, el resto desapareció bajo los improvisados techos y “muros” de plástico.

 

Para evitar una invasión, el Correo Español organiza guardias nocturnas para vigilar a los maestros y evitar que se metan al toldo. En la cervecería “Crisantema” el temor es el mismo.

 

Los empleados de los restaurantes coinciden en que las ventas cayeron. Sus clientes, dicen, no se acercan pensando que los establecimientos están cerrados por el plantón. Esto fue evidente el fin de semana de las fiestas patrias, cuando cada establecimiento atendió sólo 10 mesas.

 

“Claro que nos afecta que estén aquí los maestros. Nosotros somos 30 trabajadores, a lo mejor a ellos (los maestros) no les interesa, pero nuestras familias dependen de este trabajo. Y ahora nuestras ventas bajaron 70%”, señala Magos.

 

Las pérdidas no son para todos. Tal como ocurrió en el Zócalo, los puestos ambulantes de tacos, tamales, elotes, raspados, papitas, churros y refrescos preparados son los beneficiados con el plantón. Sin embargo, la señora Leticia aseguró que, a seis semanas, los maestros se están quedando sin dinero y “ya no compran como antes”.