NAIROBI. Un grupo de supuestos miembros de la milicia radical islámica somalí Al Shabab siguen hoy atrincherados, rodeados por las fuerzas de seguridad, en un lujoso centro comercial de Nairobi, tras un sangriento asalto en el que al parecer han muerto ya al menos 20 personas y otras 50 resultaron heridas.

 

La situación de tensión se mantiene en el lugar, donde a las 19.00 horas (16.00 GMT), ya de noche, se produjo un nuevo tiroteo, que duró unos 15 segundos, y se oyó una pequeña explosión.

 

Aunque Al Shabab ha afirmado que son componentes del grupo los que han llevado a cabo la ocupación, las autoridades no lo han confirmado y afirman que sigue la investigación para determinar quienes son los asaltantes.

 

Al menos una decena de individuos con atuendo tradicional árabe entraron alrededor de la una de la tarde hora local (10.00 GMT) en el centro comercial de Westgate, en una de las zonas más ricas y frecuentado por la comunidad occidental de Nairobi, y abrieron fuego de forma indiscriminada contra los presentes.

 

A esa hora, según dijeron agentes de la Policía que pidieron el anonimato, el centro estaba muy concurrido, posiblemente por unas tres mil personas, que habían acudido a tomar su almuerzo en las cafeterías o hacer compras de fin de semana en el supermercado y las tiendas que hay en su interior.

 

Algunas televisiones locales, que transmiten ininterrumpidamente desde el lugar del suceso, han señalado que los muertos son al menos una veintena y los heridos medio centenar, aunque otras fuentes elevan el número de fallecidos por encima de los cuarenta.

 

Un número indeterminado de rehenes siguen en el edificio, aunque la Policía, según las autoridades, pudo rescatar a algunos de los retenidos, entre ellos una ciudadana española, de nombre Silvia, y su hija, que salieron ilesas, informó el embajador de España en Kenia, Javier Herrera.

 

 

 

Según relató un fotógrafo identificado como Kenna Claude, en el aparcamiento superior del edificio había 43 cuerpos en el suelo de personas con disparos, aunque no pudo precisar cuantas de esas personas estaban muertas o heridas.

 

El portavoz de la Cruz Roja keniana, Jarvis Sundays, dijo que el número de víctimas, sin precisar las cifras de muertos y heridos, es “masivo”, y agregó que han sido trasladados a los hospitales Agha Khan y Oswald.

 

Trabajadores de la Cruz Roja explicaron, por su parte, que entre los cadáveres hay personas con disparos en la cabeza e incluso algún decapitado, información que no ha podido ser confirmada por otras fuentes.

 

La Policía y el Ejército ha rodeado el centro comercial y desplegado sus efectivos varias manzanas alrededor del lugar donde se encuentra, que es sobrevolado por un helicóptero de las Fuerzas de Seguridad, mientras se lleva a cabo una operación de rescate, según han informado las autoridades.

 

Al caer la noche, las Fuerzas de Seguridad cortaron el suministro eléctrico al edificio del Westgate y pidieron a los periodistas y otras personas que se encontraban en las inmediaciones que se retirasen del lugar, en unos aparentes preparativos para un eventual asalto.

 

Horas después de la ocupación, el grupo radical islámico somalí Al Shabab asumió en la red social Twitter el asalto y aseguró que va a ser “una larga odisea”.

 

“¿Recordáis Bombay? Va a ser una larga odisea”, afirmaron los integristas en su cuenta en Twitter, en alusión a los ataques de la ciudad portuaria india, en los que murieron 166 personas tras la toma de rehenes en hoteles de lujo, la estación de ferrocarril y un centro cultural judío.

 

“Mogadiscio y Nairobi están teniendo su momento Bombay”, añadía el mensaje, que reiteraba la referencia al ataque ocurrido en 2010 en la ciudad india, atribuidos a un comando terrorista paquistaní.

 

El grupo islamista también acusó a agentes de Defensa de Kenia de estar “usando civiles como escudos humanos”.

 

Pese a esto, el portavoz gubernamental keniano, Manoah Esipisu, señaló que es “demasiado pronto para decir si el incidente fue un ataque terrorista”, e indicó que las autoridades investigan lo sucedido para establecer la identidad de los autores.