El otro día me encontré en el aeropuerto a  Marco Antonio Regil  con lentes y gorra, mirando al piso y al celular para despistar,  se escondió lo más que pudo para no ser visto, ni reconocido ¿en verdad les será tan complicado y difícil simplemente decir: buenas tardes? Y no porque me tenga que saludar a mí, es una actitud bastante curiosa la de algunos famosos.

 

Se han dado cuenta que cuando más quieren pasar desapercibidos, más los voltean a ver, porque es raro que sea de noche y no se quiten las gafas oscuras o que el vestuario de algunas famosas sea tan llamativo que a fuerzas la gente se pregunta ¿quién será, que va tan arreglada o con ese look tan particular?

 

Uno entiende que quieran tener privacidad, pero trabajan toda una vida para ser famosos y populares, porque en base a eso, pueden cobrar más o se cotizan mejor y una vez que lo logran, se hartan de la prensa, de los chismes y lo peor del público que los llevó a ese sitio.

 

Me pareció extraño porque días anteriores habíamos hablado con él por teléfono y como quería promocionar su programa Minuto para ganar, entonces si fue de lo más cordial, la pregunta es ¿Quién es injusto, quién actúa de manera conveniente?  Porque uno como medio les abre un micrófono o les dedica unas líneas para apoyarlos y ellos pueden hacer que no te conocen y nunca en su vida te han visto. Entonces seamos parejos,  nos necesitamos y no todos tenemos afán de molestar o de criticarlos, todo es parte de un juego y la ganancia es para ambos lados.

 

Hay mucho más…pero hasta ahí les cuento.