Cuatro décadas después de la asonada que destituyó al presidente chileno Salvador Allende y borró al gobierno de la Unidad Popular, persiste la polarización política en ese país sudamericano. Mientras aún se exige conocer el paradero de los desaparecidos bajo la dictadura militar (1973-1990), ese país enfrenta en tres rubros distintos, el desafío de la polarización. El pinochetismo se fortalece, la historia de la dictadura se borra de los libros de Historia y miles piden cuentas a los gobiernos que colaboraron con ese régimen.

 

En el escenario cotidiano chileno parecería estar en segundo plano el rol de los simpatizantes de Augusto Pinochet. Apenas en agosto algunos sitios web de medios chilenos daban cuenta de que un grupo de militares en retiro intentaban demandar a las personas o medios de comunicación que realizan injurias y calumnias a los militares en retiro o en servicio activo, por su “gesta libertadora del 11 de septiembre de 1973”.

 

La información señala al grupo Acción Patriótica, que también estaría detrás del llamado plan Verdad Ahora –que pide boicotear las elecciones-. Esa agrupación, liderada por el oficial en retiro Humberto Reyes Herrera, emitió una carta llamando a todos los “Abogados, Pinochetistas, Nacionalistas y de la Familia Militar, a hacerse parte de las querellas que tramitamos en contra de las personas o Medios de Comunicación que realizan injurias y calumnias” a los militares en activo o en retiro.

 

El llamado se sumó a 83 denuncias dirigidas al canal CNTV en protesta por la transmisión del programa conmemorativo “Chile, las Imágenes Prohibidas” de Chilevisión, bajo la acusación de que mostró una “visión sesgada de la historia”.

 

Otra expresión de la fortaleza de ese sector está en el ámbito judicial. Apenas el 5 de agosto se anunciaba que el ministro Manuel Antonio Valderrama había decidido cerrar el llamado “Caso Riggs”, que sumó las pesquisas por posible malversación del erario público y cuyo señalado principal es el extinto dictador chileno, Augusto Pinochet.

 

La investigación para determinar el origen de 17, 8 millones de dólares que forman parte del patrimonio de Pinochet llevó nueve años. A lo largo de ese tiempo se logró arrestar a seis militares, todos muy cercanos a la figura del dictador y enfrentan penas de prisión entre 5 y 10 años. La Corte Suprema, en el marco de la investigación del Caso Riggs, exculpó a Pinochet y revocó 23 procesamientos dictados contra su esposa, Lucía Hiriart así como sus hijos: Lucía, Verónica, Marco Antonio y Jacqueline por malversación de fondos públicos.

 

Hasta ahora, siguen presos los generales en retiro Ramón Castro y Jorge Ballerino por abrir la primera cuenta bancaria del ex dictador en el banco estadunidense Riggs. Al general Sergio Moreno se le procesó por malversación y estafa y los coroneles Eugenio Castillo, Gabriel Vergara y Juan Mac-Lean fueron procesados por transferir dinero público, abrir cuentas y cobrar cheques. Detrás de esas transacciones existió un modelo eficaz organizado, afirman los testigos del caso, desde la cúpula que dirigió Pinochet.

 

El otro dilema contemporáneo del país que hoy conmemora el 40 aniversario del golpe militar es la educación. Una encuesta de 2006 reveló que el 49% de escuelas en Chile no enseña a sus alumnos lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973, según la emisora británica BBC que cita a la académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales, Maria Isabel Toledo.

 

Años después, la reforma educativa de 2009 de Chile acordó incorporar el tema en el programa educativo con la metodología conocida como “teoría del empate” es decir, incorporar en las guías de estudio a autores de izquierda como de derecha “y así se abordan las dos visiones que existen sobre ese período”, dijo el director de la organización Eco Educación y Comunicación, Mario Garcés Durán a la emisora británica.

 

Y en ese país cuyos estudiantes no conocían lo ocurrido a lo largo de 17 años, se gestó una movilización estudiantil en reclamo por la educación gratuita. Justo cuando el mundo veía con entusiasmo la génesis de las revueltas juveniles en los países árabes, en Chile estudiantes universitarios y de secundaria rechazaban que el Estado sólo financiara el 25% del sistema educativo y los estudiantes patrocinaran el restante 75%.

 

Esas movilizaciones se mantuvieron hasta este año y lograron sumar a sindicatos de trabajadores, transportistas y académicos. La puja entre estudiantes y gobierno sigue activa y se prevé que en cuanto se acerque el período electoral subirá de tono.

 

Por último, cabe citar que ayer martes marcharon por las calles de Berlín cientos de chilenos, alemanes y de otras nacionalidades para exigir la desclasificación de las actas secretas de la llamada Colonia Dignidad. En las instalaciones de ese complejo, durante la dictadura, se llevaron a cabo asesinatos, torturas y desapariciones y las víctimas sobrevivientes y sus familiares piden al gobierno alemán que intervenga para esclarecer lo ocurrido ahí.

 

Actualmente, colonos alemanes reconstruyeron el lugar con el nombre de Villa Baviera y lo destinan a fines turísticos, ocultando el pasado del sitio. El investigador Jan Stehle afirma que desde 2008 el gobierno de coalición demócrata-cristiano y liberal de Alemania destina 250 mil euros (unos 331 mil dólares) para apoyar a los colonos germanos del sitio. Stehle propone que el gobierno de la canciller Merkel ponga fin a esos aportes y los destine a emprender una investigación sobre lo que ocurrió en ese sitio.

 

Antecedentes de un Golpe

 

La suma de una serie de circunstancias formó un proceso que contempló, entre otros:

–          Noviembre de 1970. La desestabilización política, económica y social desde que triunfó la Unidad Popular.

–          El ataque aéreo y terrestre contra el Palacio de La Moneda, en el que se emplearon cohetes aire-tierra, cañones de los tanques y diversas armas de combate.

–          Un prolongado sistema de represión que incluyó el asesinato, la tortura, la desaparición, la vejación, la cárcel y el exilio sistemático de miles de personas;

–          La desarticulación de las fuerzas políticas y sociales de oposición,

–          La consolidación de las fuerzas políticas y sociales afines al gobierno de Pinochet; y,

–          La conversión de Chile en el primer país del mundo que asumió la doctrina neoliberal (en 1976).