El envejecimiento de la población pone a prueba el sistema de salud pública, principalmente al IMSS y al ISSSTE, los principales organismos donde 17 de cada 100 y 12 de cada 100 derechohabientes, en cada caso, tienen más de 65 años.

 

Luis Durán Arenas, jefe del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, alertó que México requiere políticas públicas de prevención y cuidado de la salud enfocadas a los adultos mayores, como parte de una estrategia integral que garanticen que, en el primer nivel de atención, cada persona cuente con un médico de cabecera, responsable de hasta dos mil pacientes.

 

Para tener un envejecimiento con bienestar físico, psíquico y social, son indispensables programas orientados al goce de una vida plena. Esto demanda que el sistema de salud del país se transforme, aseveró.

 

Respecto a los servicios estatales de salud, en particular, fuera de los de seguridad social, no se cuenta con un esquema sólido de atención primaria y esta población es recibida en hospitales y clínicas que no reúnen las características para tratar y dar seguimiento a las enfermedades crónicas. El esquema muestra sus deficiencias, pues no responde a las necesidades, aseguró.

 

Para los próximos años, dijo, el país enfrenta el reto de establecer un sistema de atención primaria, basado en la figura del médico de cabecera, coordinado con una red de unidades de larga estancia diseñadas para atender a pacientes con enfermedades crónicas. De no hacerlo, las condiciones de injusticia e inequidad se profundizarán y los costos aumentarán.

 

Datos

20.5% de los hogares mexicanos tienen al menos un integrante de 65 años o más; el porcentaje era de 16.5% en 1992

594 mil mexicanos tenían 65 años a mitad de este año

FUENTE: INEGI-CONAPO