Tres días después de que revelara que su libertad fue producto de una negociación con Juan Sabines, su sucesor en el gobierno de Chiapas, ayer Pablo Salazar Mendiguchía negó la existencia de dicho acuerdo.

 

En entrevista con 24 HORAS, el ex gobernador rechazó la veracidad de sus propias declaraciones, hechas en el programa radiofónico de MVS Noticias el lunes pasado, sobre que negoció su ex carcelación.

 

El lunes, Salazar declaró: “me dijo (Sabines) que iba retirar los cargos con la condición de que yo no lo metiera a la cárcel, de que no lo demandara (…) eso fue lo que pidió y eso lo concedí”.

 

Ayer: “La mitad (de los 11 procesos) los gané ante la justicia federal, la otra mitad, eran procesos basura, paja, basura, los quitaron”.

 

Afirmó que durante más de un año, tiempo en el que estuvo encarcelado, estuvo lidiando y sacudiéndose 11 procesos legales, “todos ellos prefabricados”.

 

Ayer, Salazar Mendiguchía se afilió al PRD en las instalaciones de dicho partido político, donde se le entregó su credencial como nuevo miembro del sol azteca. Dijo que desde hace más de 15 años no pertenecía a ningún instituto político, pues renunció al PRI el 8 de mayo de 1999.

 

Presunto culpable

 

Acusó que durante su detención y proceso penal se evidenció que la justicia “queda en entre dicho”, pues aseguró que su caso acredita que desde el Poder Ejecutivo se pueden controlar todos los poderes y toda la vida de un estado.

 

Detalló que no se podía elegir una solución judicial en un tema político, por lo que reiteró que fue un “perseguido político”.

 

Insistió que fue preso político de Juan Sabines y descartó una posible reconciliación con su sucesor. “No tengo interés de sentarme con Sabines”, dijo.

 

A pregunta expresa si Juan Sabines debería estar en la cárcel, Salazar respondió que eso “la justicia lo debe de resolver” y mencionó que ahora le toca a los órganos de fiscalización,  las autoridades administrativas, las ministeriales y judiciales determinar su culpabilidad en diversos delitos que se le imputan.

 

Aclaró que en el último año de su gubernatura (2006), pagó toda la deuda pública del estado, por lo que calificó como falsas las acusaciones respecto a que dejó una deuda de 300 millones de pesos.

 

“Yo pagué y dejé cero deuda y seis años después tenemos 40 mil millones de pesos de deuda”, aseveró.

 

Cambio de piel

 

Respecto a su filiación al PRD, el ex senador explicó que esta se da en aras de aportar “mis brazos, mis ideas, mis esfuerzos modestos, mi capital social político que tenga, para tratar de contribuir a la unión y fortalecimiento del partido”.

 

Dijo sentirse muy emocionado de ser militante de un partido como el sol azteca, al que consideró como “el partido más emblemático de la izquierda mexicana”.

 

Ante las acusaciones que lo tachan de oportunista por haberse acercado a dicho instituto, Salazar dijo desconocer ese calificativo y esas voces, y respondió  a aquellos que lo critican que en 2000 contendió la gubernatura de Chiapas siendo el PRD el partido eje de la alianza.

 

“No hay ningún tipo de arribismo ni de oportunismo, he sido un hombre plenamente identificado con este partido, lo que representa, mi gabinete tuvo una composición mayoritariamente perredista y la políticas con las que gobernamos en Chiapas fueron con un componente social de izquierda”, aseveró.

 

Informó que Jesús Zambrano ya le dio la bienvenida al partido de manera privada y mencionó que hay una relación personal de mucho respecto de su parte hacia la dirigencia de ahora su nueva casa.