La explosión ocurrida en en la Torre B2 del complejo administrativo de Petróleos Mexicanos (Pemex) en enero pasado se debió a la acumulación de gas metano producido por microorganismos que lo generaron y proliferaron gracias a la presencia de hidrocarburos en sedimentos del subsuelo, así como a la presencia de solventes  que juntos fueron el combustible de la detonación, según un estudio geológico presentado este viernes, que sumados a la presencia de una chispa eléctrica generaron una explosión de tipo difuso.

 

A poco más de medio año de ocurrida la explosión, la Procuraduría General de la República (PGR) presentó los resultados de los peritajes sobre los factores que desataron la tragedia del 31 de enero, donde 37 personas perdieron la vida, y reiteró que la acumulación de gas metano causó el estallido, el cual tuvo un “carácter multifactorial”.

 

La dependencia explicó que ese tipo de gas, que es más ligero que el aire y se acumuló en el área de pilotes de la Torre B2 por viejos derrames de hidrocarburos, lo cuales entraron en contacto con microorganismos anaerobios productores de gas metano, que tuvo nula difusión por tratarse de un sótano sin ventilación.

 

“La producción y emanación de gas metano se filtró y acumuló a través de los pilotes que llegan a la zona de cimentación y por el sistema de drenaje del edificio”.

 

La explosión, de tipo difuso, detalla, “se inició con una chispa de origen eléctrico o mecánico generando un flamazo de forma instantánea que consume en su totalidad la mezcla explosiva (de vapores y gas metano) presente en la zona de pilotes”, ya que en el lugar se hallaron una extensión de cable de luz, una lámpara y una clavija.

 

Menciona que el estallido, ocurrido en el el área sur oriente del sótano, fracturó la loza de cimentación, “y a causa de la onda expansiva, se continúan rompiendo y proyectando las lozas con efecto de abombamiento en los diferentes niveles del área del siniestro”.

 

Mediante un comunicado se señala que “la presencia del metano de origen biológico acumulado a lo largo del tiempo, según lo informa el Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México y los vapores provenientes de los materiales solventes que en un espacio confinado, se generó un elemento de ignición causando el estallido –según peritajes de la PGR-“.

 

La dependencia, con ayuda del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), determinó la existencia de tres factores que generaron la acumulación de gas metano en el área de pilotes de dicho edificio.

 

Del análisis geológico del subsuelo se comprobó la presencia de hidrocarburos “procedentes ya sea por derrames de los depósitos de combustible de la ‘huasteca Petroleum Company’, que hasta los años 30 estuvo” en el mismo predio donde ahora se encuentra la sede administrativa de Pemex,

 

O, agrega, del “depósito de almacenamiento de hidrocarburos del servicio público del Distrito Federal, inmueble que también se localizó” en el mismo lugar.

 

Además del derrame de hidrocarburos, menciona que “se comprobó la presencia de materia orgánica en diferentes capas del subsuelo que contiene microorganismos productores de metano”, los cuales, “al estar en contacto con los hidrocarburos” potencializaron su crecimiento y reproducción.

 

El tercer factor con el que la PGR explica el estallido en la Torre B2 es que se generó una “mezcla explosiva” cuando el gas metano entró en contacto con “solventes que eran utilizados para el mantenimiento” del área de pilotes, así como la presencia de conexiones eléctrica.

 

A raíz de este accidente Pemex “ha tomado las medidas necesarias instalando sistemas de ventilación en el inmueble a fin de evitar la acumulación del gas”, en futuras ocasiones, finaliza la PGR en su documento.