COPACABANA. El papa dijo hoy que con la cruz Jesús se une a los muchos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas “porque ven egoísmo y corrupción” o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, “por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio”.

 

El Santo Pontífice ofreció la cruz de Cristo a las víctimas de la violencia, a los marginados, perseguidos, a los jóvenes que dejaron de confiar en instituciones y a quienes perdieron la fe.

 

“Jesús con su cruz recorre nuestras calles para cargar nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros sufrimientos, también los más profundos”, dijo Francisco a cientos de miles de files que participaron en la recreación del calvario de Jesucristo.

 

La cruz de madera, símbolo de las jornadas mundiales de la juventud, cargada por 20 jóvenes vestidos de blanco y amarillo, recorrió las 14 estaciones del viacrucis, que recordó desde el momento en que Jesús fue condenado a muerte, los flagelos, el consuelo de su madre hasta su crucifixión y muerte.

 

El papa Francisco preside en la playa de Copacabana el Vía Crucis de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, uno de los momentos emotivos, al que asisten cientos de miles de jóvenes de 190 países.

 

El pontífice llegó al tradicional rito en el papamóvil, en el que recorrió todo el paseo marítimo de cuatro kilómetros de largo, hasta la punta de la playa. Decenas de miles de jóvenes le acompañaron en el recorrido, muchos de ellos corriendo por la arena, mientras que varios helicópteros sobrevolaban la zona y varios barcos de guerra recorren las aguas de Copacabana.

 

El Vía Crucis discurre por el paseo marítimo de Copacabana. La última estación, la catorce, se desarrolla en el palco desde el que el Papa preside el rito.

 

Unos 700 entre artistas y jóvenes voluntarios de Brasil, Puerto Rico, México, Argentina, Alemania y Estados Unidos evocan a través de las 14 estaciones los sufrimientos de Cristo y los males que afligen a la sociedad moderna.

 

El amor, la vida, las enfermedades, la cárcel, las drogas, los medios de comunicación modernos y la religiosidad son algunos de los temas presentes en la representación, en la que los 280 jóvenes harán referencia a las misiones, la conversión, las madres jóvenes, la defensa de la vida, la vida de las parejas, las mujeres que sufren, los estudiantes y las enfermedades.

 

La Cruz Peregrina, la cruz de madera que Juan Pablo II entregó a los jóvenes del mundo en 1984 para que la llevaran por todo el planeta y el símbolo de las JMJ, la portaron 20 muchachos de los cinco continentes.

 

El papa fue acogido con la canción “Peregrino incansavel”, cantada por la cantante Ziza Fernandes.

 

La canción final, “A esperanÇa entre nos” (La esperanza está en nosotros) la cantarán todos los jóvenes.

 

Los autores de los textos son los sacerdotes de la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (dehonianos) padre Zezinho (José Fernandes de Oliveira) y padre Joãozinho (João Carlos Almeida), conocidos en Brasil por su compromiso con la pastoral juvenil. (EFE)