El congresista demócrata Raúl Grijalva de Tucson, Arizona, dijo el martes que enviará una carta junto con otros congresistas al presidente Barack Obama para que su administración considere dar una visa humanitaria a nueve “dreamers” detenidos cuando intentaban ingresar a Estados Unidos.

 

“Pienso que la acción que tomaron fue arriesgada, fue un acto de desobediencia civil y respeto su decisión de hacerlo”, dijo Grijalva.

 

El congresista indicó que los jóvenes llamaron la atención públicamente públicamente sobre aspectos del debate migratorio que no están sobre la mesa.

 

Grijalva dijo que esto incluye casos de personas que se fueron del país voluntariamente, la necesidad de la reunificación familiar para los que fueron deportados y el uso de mayor discreción para considerar casos de jóvenes que se criaron en Estados Unidos.

 

El mensaje de los jóvenes al presidente Obama constituye una crítica a la cifra récord de deportaciones registrada durante su gobierno y un llamado a que utilice sus poderes ejecutivos para asistir a las familias en la reunificación familiar.

 

Los “dreamers” mexicanos se presentaron por la mañana en el puerto de entrada Morlie de la frontera en Nogales, Sonora, a Estados Unidos vestidos en togas de graduación verdes, azules y negras pidiendo regresar al país donde se criaron.

 

Niegan visa y piden asilo político 

 

Las autoridades migratorias negaron la visa humanitaria a los nueve “dreamers” -término que se usa para describir a los jóvenes que llegaron a Estados Unidos ilegalmente de pequeños- detenidos el lunes por la agencia de Protección y Aduanas cuando intentaban ingresar a Estados Unidos por la garita fronteriza de Nogales, Arizona, dijo Kat Sinclair, abogada de los jóvenes.

 

Sinclair presentó una solicitud de asilo político para que los nueve “dreamers” fueran liberados bajo palabra mientras las autoridades toman una decisión sobre su petición.

 

“Los casos de solicitud de asilo político se toman mucho tiempo para litigarse”, dijo Sinclair. Es por eso que están pidiendo que el Control de Inmigración (ICE por sus siglas en inglés) libere a los jóvenes para que regresen a las comunidades estadounidenses de donde son oriundos y puedan esperar una decisión.

 

Sinclair dijo que todos los “dreamers” tienen un caso sólido de asilo político y razones para temer regresar a México.  “No existe riesgo de que se vayan a escapar, todo el mundo sabe quiénes son”, dijo Sinclair. “Y no son un riesgo para la comunidad”.

 

Sin quebrar la confidencialidad de cada uno de los casos, Sinclair dijo que los jóvenes son vistos como americanos en México, no conocen las costumbres de ese país y pueden convertirse en blancos para el abuso. Agregó que “ya lo han sido en algunos casos”.

 

Es el caso de Claudia Amaro Escalera, de 37 años, la primera “dreamer” en ser detenida. Amaro Escalera, quien está bajo arresto en el centro de detenciones Eloy, se fue de México cuando tenía 11 años después de que asesinaron a su padre. Luego de que deportaron a su esposo, seis años atrás, regresó con su hijo estadounidense a vivir en Torreón, Coahuila. El año pasado su esposo fue secuestrado y tras pagar una recompensa de 5 mil pesos volvieron a asaltarlo a mano armada y le robaron la camioneta.

 

Amaro Escalera entró el lunes al puerto fronterizo de Nogales, Arizona, acompañada de su hijo Yamil que ahora tiene 13 años. Yamil no fue detenido, quedó con su abuela.

 

Claudia se presentó al puerto de entrada a Estados Unidos junto con otros ocho “dreamers”. Siete de ellos, Lizbeth Mateo, Lulu Martínez, Marco Saavedra, Luis Gustavo León, Adriana Paola Gil Díaz, Maria Peniche y Ceferino Santiago formaban parte de una acción planeada por la  Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes (NIYA) para desafiar el sistema migratorio. Otros dos “dreamers” se sumaron a último momento.