La gira del presidente Enrique Peña Nieto a Londres e Irlanda del Norte arroja claroscuros: logró reposicionar a México internacionalmente y consiguió el respaldo de las principales potencias económicas para el combate global de la evasión fiscal de las trasnacionales.

 

Pero simultáneamente generó polémica por sus pronunciamientos sobre decisiones soberanas del país y se vio obligado a modificar su discurso sobre la reforma petrolera, a la cual ubicó primero en cambios constitucionales y luego en leyes complementarias.

 

La razón del revuelo: la entrevista que la entrevista que dio al Financial Times y el reportaje de The Wall Street Journal (ambos publicados el martes pasado) en los que se revelaba que el mandatario mexicano busca abrir Petróleos Mexicanos a la inversión privada con la esperanza de atraer miles de millones de dólares.

 

Un día después de conocerse esta noticia, y cuando en México existía la percepción de que el Presidente dice en el extranjero lo que no informa en su país, Peña Nieto rectificó en una conferencia luego de su participación en la cumbre de líderes del G-8: dijo que el Pacto por México evalúa si la reforma en materia petrolera se hará a nivel de la Constitución o de leyes secundarias  y aclaró que el Estado mexicano conservará la rectoría de Pemex y la propiedad de los hidrocarburos.

 

Ayer, ante académicos , diplomáticos y miembros del Chatham House de Londres, el Presidente reiteró su intención de impulsar una reforma energética que permita la participación del sector privado para ampliar la capacidad productiva de México.

 

Pero reiteró: “No es, y quiero dejarlo claramente señalado y subrayado, no se trata de privatizar”.

 

“Lo que buscamos es ampliar la capacidad de Pemex bajo la base y sobre un consenso que tenemos con las fuerzas políticas y que tiene el propio gobierno de la República: el Estado debe mantener la propiedad de los hidrocarburos; el Estado debe mantener la rectoría sobre Pemex”, dijo el mandatario.

 

Mencionó, asimismo, que algunos han creído que la participación del sector privado es privatizar: “al contrario, una y otra vez he insistido y declarado: el Estado seguirá siendo propietario, dueño de los hidrocarburos del país, dueño del petróleo. Pero necesitamos ampliar su capacidad. Pemex por sí mismo no tiene recursos económicos suficientes para detonar y desarrollar infraestructura, para genera más energía”, precisó.

 

El domingo pasado, Peña Nieto inició su visita a Gran Bretaña para participar en la cumbre del G-8 con el anuncio de que estaba en proceso una renegociación del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea.

 

Agregó que su gira de trabajo tenía dos objetivos: promover a México como país para la inversión y compartir que se está proyectando con expectativas de importante crecimiento económico.

 

En entrevista, la doctora Ivonne Acuña Murillo, especialista en globalización y prácticas de la democracia de la Universidad Iberoamericana, dijo que además de reposicionar la imagen de México en el exterior, la visita de Peña Nieto buscaba desplazar el trabajo que se realizó durante las anteriores administraciones panistas, “y sobre todo en el sexenio de (Vicente) Fox, que no dejaron bien parado al país, y echaron por tierra décadas de una buena política exterior mexicana, que es uno de los aciertos que tuvo el PRI durante sus siete décadas continuas de gobierno”.

 

Lo cierto es que el lunes, en vísperas de su participación en la Cumbre del G-8, Peña Nieto se reunió con el viceprimer ministro británico, Nick Clegg, con quien revisó la relación México-Reino Unido y coincidió en el compromiso que ambos tienen de impulsar el libre comercio entre las dos naciones, que actualmente se cifra en alrededor de cinco mil millones de dólares.

 

Ese mismo día se reunió con líderes de opinión británicos a quienes les explicó la agenda de reformas trazada para incrementar el desarrollo económico del país y las prospectivas de las que ya se han logrado, en el marco del Pacto por México.

 

El martes, además de rectificar su discurso acerca de la privatización de Pemex, charló con el presidente estadunidense Barack Obama, con quien platicó sobre los planes de trabajo conjunto que tienen los dos países y adhirió a México a la declaración conjunta de la Cumbre del G-8, en la que destaca el compromiso de las autoridades fiscales de todo el mundo para compartir su información con el fin de evitar la evasión.

 

“México sería el primer país que ha expresado su interés en participar en esta iniciativa multilateral de intercambio de información”, dijo Peña Nieto.

 

Finalmente ayer, antes de viajar de regreso al país, Peña Nieto dijo que los gobiernos de México y Reino Unido firmaron un acuerdo de cooperación para fortalecer el intercambio entre ambas naciones, a fin de apoyar a pequeñas y medianas empresas mexicanas para que puedan hacer exportaciones.

 

Luego de atestiguar la firma, con lo que cerró su agenda de actividades en este país, el presidente mexicano refrendó la necesidad de acrecentar los montos de inversión de ambas naciones de cinco mil millones de dólares a 10 mil millones para 2015.

 

Asimismo, en su conferencia magistral “El momento de México, reformas estructurales, democracia y globalidad”, organizada por Chatham House, el mandatario aseguró que México es un país seguro en el que se puede invertir pues la criminalidad sólo se concentra mayormente en 196 municipios  de las dos mil 440 alcaldías.

 

Dijo que no se trata de subestimar el tema, ya que dijo que es uno de los objetivos importantes que tiene su gobierno: recuperar las condiciones de paz.

 

“Hoy tenemos señales muy alentadoras en los primeros meses en que se ha instrumentado la estrategia en materia de seguridad”, puntualizó.

 

Finalmente, y antes de regresar a México, Peña Nieto dijo estar satisfecho de los logros obtenidos en el viaje.

 

“Ha sido una gira productiva que viene a significar el interés que México está despertando en el mundo, sobre todo en la agenda de transformación y de cambios estructurales”. Notimex y Redacción