CULIACÁN, Sinaloa. Precursores del subgénero musical de los narco-corridos, ya con 44 años de vida profesional a cuestas y un repertorio que algunos críticos consideran ligero frente a las violentamente explícitas letras que nuevas bandas dejan escuchar por doquier, los legendarios Tigres del Norte llegaron a Sinaloa, su entidad natal, provenientes de sus residencias en San José, California, Estados Unidos.

 

El objetivo del viaje fue apadrinar una escuela de música que, a decir de patrocinadores, autoridades y músicos, era una apremiante necesidad social: “lograr que la juventud aprenda cosas positivas y no esté en la calle siguiendo los malos ejemplos que uno encuentra por ahí”. Lo anterior, en boca de Luis Hernández, uno de los cinco miembros del corporativo artístico.

 

Creadores de íconos melódicos que en sus tiempos fueron controvertidos, como “La banda del carro rojo (1975), “Jefe de jefes (1997) o “La Reina del Sur” (2002), además de otros que se refieren al inmigrante mexicano en su paso hacia la frontera norte, los integrantes del grupo, los hermanos Jorge, Hernán, Eduardo y Luis Hernández, así como Óscar Lara, fueron recibidos en la nueva sede académica por el gobernador de la entidad, Mario López Valdez.

 

“Los padres de familia quisiéramos ver a nuestros jóvenes con un arpa o una flauta en las manos, en vez de con un arma”, dijo el mandatario durante la apertura de la escuela, ubicada en el edificio del Archivo Histórico de Culiacán. Luego agradeció a Los Tigres del Norte su presencia, así como por el donativo de un paquete de instrumentos musicales para el aprendizaje.

 

El plantel, denominado Studio Cuauhtémoc Moctezuma, fue desarrollado por la firma cervecera del mismo nombre, misma que aportó 10 millones de pesos, los que, según informes de la ejecutiva Nina Mayagoitia, se emplearon para habilitar el ciertamente bello edificio público, construido en 1890, así como adquirir el equipamiento, contratar a los maestros y al personal administrativo.

 

“Si sumamos el esfuerzo de una empresa y de una instancia pública, el resultado es una escuela que representará un beneficio tangible para la comunidad”, dijo Marc Busain, director de CM durante la ceremonia de apertura, tras saludar la presencia de su vicepresidente de Asuntos Corporativos, Arnulfo Treviño.

 

Diseñado para el aprovechamiento de niños de entre 6 y 15 años, el plantel operará tres áreas específicas de aprendizaje, una de ellas de banda, percusiones y alientos, otra de cuerdas y una más de coro, bajo la supervisión académica y curricular del Sistema México.

 

La escuela, cuya inscripción por alumno será gratuita y que cobrará una cooperación mensual de cien pesos, se orientará hacia infantes de escuelas públicas o de comunidades de escasos recursos del municipio de Culiacán y colindantes.

 

El director de Studio CM, el maestro de orquesta Álvaro Gutiérrez, destacó que este es el primer proyecto de su tipo a nivel nacional, “un programa piloto que tiende a desarrollar el talento, sensibilidad y habilidades de los niños, potenciales artistas”, dijo.

 

“Sinaloa es la tierra de Pedro lnfante, de José Ángel Espinoza Ferrusquilla, de Lola Beltrán, de Ana Gabriel, de Luis Pérez Meza, de El Recodo y, claro, de los Tigres del Norte, entre otros artistas que engrandecen a Sinaloa”, dijo el gobernador, poco antes de pedir la atención del público y de los anfitriones para escuchar y cantar el recién estrenado Himno a Sinaloa, obra del compositor local Faustino López Osuna.

 

“Sinaloa, en tu tierra bendita 11 ríos el cielo formó; en mis venas tu sangre palpita, tu nobleza en mi ser se fundió”, fue la estrofa principal de dicho himno. Mitad en broma, mitad en serio, el gobernante retó a Los Tigres a no solamente “aprendérselo” sino a “meterlo en su próximo disco”.

 

Jefes de jefes, Los Tigres sonrieron nomás.

 

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