BAGDAD. Varias bombas estallaron el viernes en sectores suníes de Bagdad así como en zonas aledañas, con resultado de al menos 76 personas muertas, en la peor jornada de violencia en más de ocho meses en Irak.

 

Esta intensificación del derramamiento de sangre relacionado con rivalidades sectarias avivó los temores de que el país pudiera virar hacia una nueva guerra civil.

 

Los bombazos estuvieron precedidos por atentados explosivos dirigidos durante dos días contra chiíes. Un total de 130 personas perdieron la vida en los estallidos del miércoles y jueves, algunos de los cuales ocurrieron en paradas de autobuses y mercados al aire libre.

 

Tras las explosiones del viernes, las escenas de cadáveres esparcidos en una calle afuera de una mezquita y de personas muertas durante la procesión de un funeral recordaron algunos de los peores días de la guerra de represalia entre las sectas islámicas que alcanzó su mayor intensidad en 2006 y 2007. En ese entonces, las fuerzas estadounidenses combatían a los extremistas de ambos bandos.

 

Las tensiones se han inflamado desde el inicio de las protestas de los suníes contra lo que éstos describen como negligencia y acciones de maltrato —incluidas detenciones al azar— del gobierno encabezado por los chiíes.

 

Las movilizaciones dieron inicio en diciembre y han sido principalmente pacíficas, pero el número de atentados registró un agudo incremento desde el 23 de abril, cuando las fuerzas de seguridad reprimieron mortalmente un campamento de protesta en el norte de Irak.

 

La mayoría chií controla las palancas del poder en la era posterior a Saddam Hussein en Irak.

 

En su deseo de reconstruir el país en lugar de una regresión hacia una guerra abierta, los chiíes han contenido en general a sus grupos armados en los últimos cinco años, pero han sido con frecuencia blanco de atentados a gran escala de parte de grupos extremistas suníes, como al Qaida.

 

Nadie se adjudicó los atentados del viernes, pero el que ocurrieran en zonas principalmente suníes aumentó las sospechas de la implicación de extremistas chiíes.

 

Los ataques fueron perpetrados con bombas colocadas exprofeso en diversos lugares, al contrario de los atentados con coches bombas y con atacantes suicidas que al Qaida en Irak y otros insurgentes suníes perpetran en el país.