El Servicio Secreto de Estados Unidos, el Estado Mayor Presidencial mexicano y agentes de cuerpos de élite de las Fuerzas Armadas y de la Policía Federal tomaron desde la madrugada de ayer el control de la seguridad en casi dos kilómetros de la zona hotelera de Polanco y Reforma, en la que a partir de hoy se desplazará el presidente Barack Obama.

 

El cierre de dos calles, la colocación de vallas pequeñas en las aceras y barreras de dos metros en espera de ser instaladas para impedir el paso, es la muestra más evidente de la seguridad que se ha instalado en la zona de Campos Elíseos.

 

Pero en todo el perímetro hay una vigilancia más discreta y sofisticada, que utiliza tecnología antibombas, intercepciones telefónicas y personal entrenado para identificar riesgos y anularlos.

 

Ese tipo de vigilancia poco visible no sólo se tiene en el hotel Presidente Intercontinental, también en hoteles vecinos, comercios y en las calles aledañas, desde donde comienza Campos Elíseos hasta Los Pinos y hacia el Museo de Antropología, en avenida Reforma.

 

Se tenía previsto que desde la madrugada de hoy se instalara un segundo perímetro de seguridad desde el Aeropuerto de la Ciudad de México hasta Palacio Nacional, alrededor de 9.4 kilómetros, por donde circulará el presidente Obama, a abordo de la camioneta llamada La Bestia, un vehículo con esquemas tan sofisticados de seguridad que impiden que se detenga bajo cualquier tipo de ataque.

 

Funcionarios del gobierno consultadas por 24 HORAS explicaron que se han diseñado tres rutas seguras diferentes, en cada punto en que estará el mandatario estadounidense, y será en el último momento en que se defina cuál recorrerá. Todas ellas serán vigiladas.

 

En el esquema de seguridad participan elementos de élite de la Armada y de la Defensa; lo mismo que agentes federales y el propio personal de Barack Obama que consta de mil efectivos, aunque pretendía que lo acompañaran dos mil, como en el caso de la visita de Bill Clinton, pero el gobierno mexicano no lo permitió.

 

Se utilizarán vehículos especiales para la movilización del presidente, quien hará todos sus recorridos por tierra. Incluso en el aire será igual, desde ayer se prohibió el vuelo a helicópteros por la ciudad, hasta que se marche Obama, para el control del espacio aéreo. Media hora antes de que aterrice el Air Force One se suspenderán todos los vuelos en la Ciudad de México y 12 millas a la redonda y deberá pasar media hora más hasta que se retomen los despegues y aterrizajes programados.

 

El avión presidencial estadunidense será custodiado durante su estancia sólo por agentes de ese país y agentes federales, que deben impedir cualquier acercamiento de personas ajenas.

 

Se utilizan en la seguridad de Obama rastreadores satelitales, además se tiene preparado equipo antibombas, perros rastreadores, ambulancias y bomberos aprobados bajo esquemas de seguridad impuestos por el personal de Estados Unidos.

 

Se cuenta con diferentes esquemas que garantizan el control de seguridad en cada punto en que estará, como el caso del Museo de Antropología, donde se reunirá con 300 estudiantes, académicos y personalidades del mundo cultural. Esta reunión pretendía el presidente estadunidense que fuera con 10 mil personas y en un lugar simbólico como la UNAM, pero no se aceptó la propuesta, por lo que será un encuentro más controlado, siendo la mayoría del Colegio Americano y el resto de diferentes centros de estudios.

 

El jueves y viernes se han anunciado manifestaciones frente a la embajada de Estados Unidos y en Palacio Nacional, organizaciones sociales que repudian la visita del mandatario y quienes exigen justicia para personas desaparecidas y migrantes deportados separados de sus familias. Estas marchas serán vigiladas y controladas por agentes federales y del Distrito Federal, en una acción coordinada por lo primeros.