Manuel Espino se presentó ante los medios de lo más tranquilo y disfrutando sin duda el momento: Iba a anunciar que denunciaría a Miguel Ángel Yunes Linares y a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez por el delito de enriquecimiento ilícito.

 

Llevaba una enorme lista de las propiedades y negocios -“el imperio de los Yunes”, le llamó- y fotografías (algunas de ellas exhibidas en distintos medios) que pegó en lonas para dar mayor efecto al momento.

 

El coordinador de Volver a Empezar -hoy aliado de Enrique Peña Nieto- había hallado el momento oportuno para volver a la carga contra Yunes padre (en la mira ahora de los priistas porque fue quien consiguió los famosos videos de Veracruz que exhiben una red electoral ilegal y que ocasionó la crisis en el Pacto por México).

 

De hecho, era una doble venganza, pues como el propio Espino recordaría, cuando el PAN lo expulsó  de sus filas hace dos años bajo el argumento de que se había excedido en su libertad de expresión, uno de los puntos que le reclamaban sus entonces correligionarios era precisamente el haberle reclamado a Felipe Calderón que estuviera impulsando la carrera política de Miguel Ángel Yunes.

 

Pero ese apoyo a Yunes era parte de la alianza que estableció Calderón con Elba Esther Gordillo en su azaroso camino a la Presidencia de la República. Y contra eso -además de la animadversión personal entre el propio Espino y Calderón- no tendría nada qué hacer.

 

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PATRICIA FLORES ERA SU PROTECTORA.- Por añadidura, como declararía ayer el ex panista, la otrora poderosa Patricia Flores (ex jefa de la oficina de la Presidencia de la República) era “protectora”, “impulsora” y “encubridora” de Yunes.

 

Pero los tiempos han cambiado. Calderón ya no está en la Presidencia de la República. Patricia Flores ya no tiene poder en el gobierno actual. Peña Nieto rompió con La Maestra y el propio Yunes terminó mal con Elba Esther. Al veracruzano sólo le queda el apoyo de la dirigencia del PAN.

 

Como quien dice, los priistas hallaron en Espino al personaje ideal para un contragolpe y lanzar, cuando menos, una advertencia a los Yunes.

 

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JOSEFINA Y GERMÁN INVITADOS.- “Lo mejor fue el ambiente”. Nos comentaría uno de los participantes en la encerrona del PAN para definir la posición que asumiría el partido ante el Pacto por México.

 

Y el “gran mensaje” -luego de las críticas que se dieron al interior del partido por su participación en el Pacto- fue que “puede ser esto lo que nos una”.

 

A la reunión de la Comisión Política acudieron prácticamente todos sus integrantes, incluso algunos a los que hace tiempo no se les veía, como los ex gobernadores Emilio González Márquez y Marco Adame. Pero la sorpresa mayor fueron los invitados especiales: Josefina Vázquez Mota y Germán Martínez.

 

La discusión, nos comentan, fue “muy amplia”, “cordial” y se escucharon todo tipo de voces. Pero al final ganaría la postura de NO abandonar el Pacto, pero su permanencia estará condicionada a que el gobierno federal castigue a los responsables de operar la red electoral ilícita en Veracruz y a que blinde los programas sociales de manera “garantizada” y “verificable”. Urgieron además a adelantar la reforma electoral y política pendientes.

 

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DUENDES.- Los duendes del ciberespacio hicieron de las suyas en nuestra columna de ayer. Así que corregimos el calendario: El 2 de mayo, día en que arriba Barack Obama a México, es jueves.

 

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GEMAS: Obsequio del senador panista Roberto Gil Zuarth: “Un partido no puede sonar los tambores de guerra un día y al día siguiente fumarse, a sí mismo, la pipa de la paz”.

 

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