CHILPANCINGO. Minutos después del medio día, una marcha de maestros disidentes llegó a las instalaciones del Congreso del estado y lanzó huevos y piedras contra los cristales de la entrada principal del inmueble. Esto a pesar de que encontraron las inmediaciones rodeadas por policías antimotines.

 

Tras el revés de los legisladores a su propuesta de reforma a la ley estatal de educación, enviada por conducto del gobernador Ángel Aguirre, los maestros disidentes encendieron afuera del Congreso una fogata que se alimentó con copias fotostáticas del dictamen aprobado el martes.

 

Poco antes de la una de la tarde cesaron las pedradas contra el edificio que alberga al poder Legislativo, pero mentores advirtieron que se quedarán ahí hasta que los diputados decidan recomponer el dictamen.