Los niveles de audiencia en todo el mundo hablan del carácter noticioso, además de espiritual, del anuncio de un nuevo papa. La cobertura en los momentos climáticos tuvo como eje la información. Pero en los días previos al cónclave abundaron, en los medios y en las redes, los adivinos, los cronistas de sitios de apuestas, momios y porcentajes de probabilidades. Mientras no saliera humo blanco de la Capilla Sixtina parece que muchos prefirieron jugar a “Atínele al Papa”.

 

Nadie  le atinó y nadie o pocos recordaron aquella conseja que dice que quien entra papa al cónclave, sale cardenal. Y después, las fichas informativas y de opinión que lo mismo hacen del nuevo papa un hincha del San Lorenzo, que un amigo de la dictadura argentina en sus peores años, incluso con delaciones a sus mismos hermanos de congregación, o bien de su conservadurismo como si en alguna latitud hubiesen cardenales liberales, progresistas y contestatarios.

 

Lo que ya no vimos en medios ni redes sociales fueron las fichas o expedientes que seguro tendrían también de los que no fueron. ¿Qué circularía en internet y prensa si alguno de los cardenales favoritos en las apuestas y quinielas informativas hubiese sido ungido papa? Antes de que Borgoglio saliera al balcón de la Basílica de San Pedro sus ángeles y demonios le pertenecían sólo a él. Parece que así seguirá con quienes no alcanzaron a heredar el ministerio petrino. Veleidades de la información horizontal.

 

El ABC de EPN

 

Entre lo mucho que se debe analizar de la iniciativa de reforma en el sector telecomunicaciones está el que ningún actor domine más del 50% del mercado, espectro o red. Esto traerá decisiones inéditas en el país. ¿Perderá Televisa,tarde o temprano, una frecuencia de las 4 que hoy opera? ¿Cómo nivelaran la dominancia que hoy Telmex y Telcel tienen en telefonías? Los efectos de poner fin a litigios jurídicos de años y años como en los casos MVS y la Banda 2.5 GHtz o Canal 40 y Azteca y otros, más la apertura y ampliación a la inversión extranjera tanto en telecom como en radiodifusión, repercutirá en una transformación acelerada de la arquitectura empresarial del sector.

 

Las convicciones colectivas de que a los poderes fácticos no se les podía normar pasan al mismo cajón de los personajes políticos intocables. Y vienen las reformas energética y fiscal.

 

Harlem Shake

 

No es otra cosa más que una de esas puntadas ociosas que le dan la vuelta al mundo y son vistas millones de veces pero, sobre todo, ya registra más de 50 mil réplicas, versiones y adaptaciones libres en YouTube. El Harlem Shake son 30 segundos de, ¿baile? que tiene dos momentos. El primero de dos monos (personas) que se mueven cadenciosamente y pasan desapercibidos por el resto; y el segundo, cuando el resto de los monos, más los que se quieran agregar, se mueven frenéticamente sin aparente correlación coreográfica. Es eso y no más, pero tampoco menos, el gran fenómeno viral del año.