Un movimiento de conductores de los cuatro estados fronterizos con México, que rehusan contestar a patrulleros fronterizos que los interrogan en retenes, comienza a ganar una impresionante popularidad en Estados Unidos.

 

El movimiento, que al parecer inició de forma espontánea en redes sociales hace unas semanas, alcanza cientos de miles de visitas en cada mensaje o video que se sube a la red.

 

El video “los top rechazos a los retenes de HSD (Departamento de Seguridad Interior)” alcanzó en dos semanas -del 24 de febrero al 10 de marzo- 600 mil visitas.

 

En sus diversas versiones, los mensajes y videos son escenas de interacción entre conductores que filman y graban y patrulleros fronterizos de retenes.

 

Por lo general los diálogos son así: -Buenas tardes, su nacionalidad, dice un patrullero-.

 

“Con todo respeto, me niego a responde a esa pregunta”, contesta el conductor. El agente repite la pregunta, insiste y el conductor en turno simplemente responde con preguntas. ¿Estoy detenido? ¿Cometí algún delito? ¿Se me acusa de algo?.

 

Los patrulleros en cada ocasión ordenan a los conductores que se orillen, ante lo que los choferes contestan “No, gracias; prefiero seguir mi camino”.

 

Invariablemente los patrulleros llaman a sus supervisores, quienes también insisten unos minutos, para invariablemente dejar ir a los conductores sin que éstos respondan a ninguna de sus preguntas, sin arrestarlos y sin que abran sus cajuelas o maleteros.

 

David Loy, director legal de la Unión de Libertades Civiles Estadunidenses (Aclu) para la región fronteriza de California con México, dijo que rehusarse a responder las preguntas de los patrulleros “es perfectamente legal”.

 

El abogado explicó que los retenes tienen un sentido anticriminal, lo que los opone a la ley, es decir como detener a alguien y luego buscar motivos.

 

Comentó también que quien se niegue a interrogatorios y revisiones de patrulleros en retenes protege su derecho a guardar silencio ante posibles acusaciones que se formularían por lo que diga, y protegen su derecho a la privacidad.

 

La patrulla por su parte sólo ha expresado al respecto que los patrulleros “no tienen carta blanca para inspeccionar” sino que cumplen con su trabajo de vigilar, aunque los retenes están ubicados a unos 100 kilómetros de la frontera.