Los Óscar son un juego de dos pistas: quién debe ganar y quien va a ganar. La entrega del próximo domingo resulta competida como hace mucho no se veía. Si bien es cierto que hay categorías muy seguras (Mejor Actor y Mejor Actriz de Reparto), la moneda en la mayoría de los casos sigue en el aire.

 

Desde el día de sus nominaciones, los Óscar sorprendieron a todos por su mezcla de contendientes aparentemente imprevisible, pero a pocos días de la gran fiesta del cine los críticos han llegado a sus propias conclusiones sobre quiénes serán los ganadores.

  

Mejor película 

 

Christy Lemire (AP): El camino al mayor premio de la Academia está lleno de curvas, y ha sido especialmente sinuoso este año. En noviembre, Lincoln de Steven Spielberg, parecía la apuesta segura; después Zero Dark Thirty (La noche más oscura) entró en la mezcla. Pero cuando se anunciaron las nominaciones y el extravagante romance de Silver Linings Playbook recibió siete postulaciones, incluyendo la de mejor película, la gente empezó a tomarla en serio. Luego surgieron acusaciones de falta de apego a la realidad que afectaron a algunas cintas y esto le dio más dramatismo a la contienda.

 

Lo que nos remite a Argo, cuyos cineastas han reconocido desde entonces que cambiaron algunos detalles al retratar la atrevida operación de rescate de seis trabajadores de la embajada estadunidense durante la crisis de rehenes en Irán en 1979. La película de Ben Affleck ha recibido merecidamente premios importantes que la han encaminado a la gran noche con un enorme impulso.

 

El hecho de que por alguna extraña razón Affleck no haya recibido la nominación a mejor director por la película, que muchos críticos (y yo) consideramos la mejor del año pasado, no importará; como productor se llevará el trofeo el domingo. Además de que Argo es algo seguro porque une a la perfección sátira de Hollywood con acción llena de adrenalina, y la industria adora darse premios por jugar con ella misma.

 

Alejandro Alemán (24 Horas): Ganará Argo, aunque debería ganar Amour. La sencillez y rudeza del cine de Michael Haneke rebasa, por mucho, a todas las nominadas. De hecho, la inclusión de esta provocadora cinta es una sorpresa, toda vez que nada tiene que ver con el cine que a la Academia le gusta premiar. Es por ello que Argo se llevará el premio. La tendencia ganadora de la cinta de Affleck parece irreversible y esto dejará sola a la que hace apenas un mes era la favorita: Lincoln.

 

Mejor dirección

 

David Germain (AP): Nunca habríamos podido saber lo que pasaría si no fuera por el desdén a Ben Affleck por Argo y a Kathryn Bigelow por Zero Dark Thirty. Sin ellos, y especialmente sin Affleck, la categoría de mejor director se convierte en la tercera coronación para Steven Spielberg. Otro triunfo empataría a Spielberg con Frank Capra y William Wyler, y lo dejaría a un paso de John Ford, poseedor del récord con cuatro estatuillas.

 

A pesar de la actuación monumental de Daniel Day-Lewis, Lincoln es más atractiva en el plano académico que en lo emocional. Y de todas formas la película es una saga histórica en la que Spielberg dirigió con maestría su propio ejército de cine para recrear la capital estadunidense durante los últimos días de la Guerra Civil.

 

Lincoln era el hombre que se requería para mantener la unión nacional y Spielberg el director que se requería para hacer esta película. Su tercer trofeo será un flaco consuelo por no ganar el de la mejor película.

 

 AA: Ganará Steven Spielberg, pero debería ganar Michael Haneke. De todos los nominados, Haneke es el único que no tiene un Óscar. Sería interesante que se reconociera el cine crudo y provocador del austriaco; pero estos son los Óscar, por lo que resulta más probable que sea Spielberg quien se lleve el premio, en forma de consolación por no ganar a mejor película.

 

Mejor actor

 

CL: Desde el primer momento que ves a Daniel Day-Lewis en la pantalla como el mítico presidente de Estados Unidos, es claro que está destinado a ganar el Óscar al mejor actor. Se sumerge totalmente en esta figura histórica, algo lógico tratándose de uno de los grandes actores de nuestro tiempo. Incluye todo, desde su apariencia a su voz, sus movimientos y su forma de andar.

 

Tras interpretar a Abraham Lincoln cuando trataba de seducir, convencer y adular en su camino a la aprobación de la 13 enmienda constitucional que abolió la esclavitud, Day-Lewis hará historia por su propia cuenta convirtiéndose en el primer actor en ganar el Óscar en tres ocasiones. Lástima por los otros nominados, pero no tienen posibilidades.

 

AA: Ganará y debe ganar Daniel Day-Lewis. Contención y elegancia son las palabras clave. El Lincoln de Day-Lewis es un sobrio ejercicio de actuación contenida pero no por ello menos poderosa y fascinante. El hombre se transforma en Lincoln y merece, por mucho, llevarse el Óscar.

  

Mejor actriz

 

DG: La competencia está muy reñida entre Jessica Chastain, casi demoniaca como una agente de la CIA que busca obsesivamente a Osama bin Laden, y Jennifer Lawrence, una de las almas más trastornadas y adorables que han llegado a la gran pantalla en años. Chastain circula como un lobo solitario en gran parte de Zero Dark Thirty, interactúa con numerosos personajes menores, pero nunca conecta con ninguno a medida que entra en su propio mundo frío, calculador, compulsivo y solitario.

 

Por eso Chastain se conecta menos con el público que Lawrence, un libro abierto de tics, ansiedades y dudas. Chastain es extraordinaria en circunstancias extraordinarias; Lawrence es extraordinaria en circunstancias ordinarias. Lo segundo es más difícil y Lawrence no sólo lo consigue, sino que brilla entre un elenco que incluye a Bradley Cooper, Jacki Weaver y nada más y nada menos que a Robert De Niro. Lawrence se irá a casa con su estatuilla.

 

AA: Ganará Jennifer Lawrence, aunque debería ganar Emmanuelle Riva. Madamme Riva entrega la actuación más perturbadora de las cinco nominadas, una mujer que va perdiendo poco a poco el control de su cuerpo (rasgando incluso su propia dignidad) a causa de la enfermedad. Sin embargo, Lawrence ha ganado muchos otros premios por su actuación en Los juegos del destino (Silver Linings Playbook) lo cual la coloca como favorita y virtual ganadora.

 

 

Mejor actor de reparto

 

DG: Lo único seguro en los Óscar es que el premio al mejor actor de reparto será para un ganador anterior. Todos los actores nominados han ganado uno antes y Robert De Niro de hecho tiene dos. El premio probablemente se dispute entre dos hombres en películas de la época de la Guerra Civil, el abolicionista Thaddeus Stevens interpretado por Tommy Lee Jones y el cazarrecompensas alemán al que dio vida Christoph Waltz.

 

Waltz tiene la desventaja de que su triunfo como mejor actor de reparto en 2009 todavía se siente fresco, así que está compitiendo contra sí mismo y los otros nominados. Desde el estreno de Bastardos sin gloria estaba claro que nadie podría superar a Waltz en su papel de nazi malvado. En Django Unchained es igual de encantador, pero el papel no es tan bueno. Jones en cambio es buenísimo en su papel como el malhumorado e intransigente Stevens. Dominó el arte de interpretar cascarrabias nobles y por eso deberá unirse a De Niro como ganador de dos Óscar por el esfuerzo.

 

AA: Ganará y debe ganar Tommy Lee Jones. En realidad podría ganar cualquiera y estaría bien. Esta es la categoría más pareja y más interesante de esta entrega. Tal vez quien menos merece el premio es De Niro, que si bien su actuación es impecable, premiarlo sería perdonarle toda esa racha de comedias malas que ha estado filmando últimamente.

 

Mejor actriz de reparto

 

CL: Parece muy cínico insinuar que si te cortas el pelo, pierdes muchos kilos e interpretas a una prostituta tienes el Óscar asegurado. Pero Anne Hathaway hace todo esto ¡y canta en vivo frente a la cámara! Como la pobre Fantine en el musical Los Miserables, Hathaway aparece poco en pantalla antes de morir en la desgracia en medio de la revuelta en Francia del siglo XIX.

 

El tiempo en pantalla no importa en esta categoría. Judi Dench ganó el Óscar a la mejor actriz de reparto por aparecer siete minutos en Shakespeare Apasionado, Hathaway tiene a su favor una poderosa escena en la que canta una versión desgarradora de I Dreamed a Dream, que a pesar de que no es sublime le valdrá el Óscar.

 

AA: Ganará Anne Hathaway, debería ganar Helen Hunt por The Sessions. Hathaway tiene seguro su Óscar. Helen Hunt por su parte, presenta un trabajo realmente sublime en The Sessions. Encuentro mucho más digna de un premio la cerebral actuación de Helen Hunt que los diez minutos a cuadro de una berreante y llorona Anne.

 

Mejor guión original

 

AA: Ganará Django Desencadenado, de Quentin Tarantino, debería ganar Zero Dark Thirty, de Mark Boal. Si el premio a Tarantino fuera sólo por la primera mitad de Django, sería más que meritorio, pero la película se desbarranca rumbo al final. Si de consistencia se trata, el trabajo de Mark Boal —mezcla de periodismo y guionismo— resulta mucho mejor armado que la cinta de Quentin.

 

Mejor guión adaptado

 

AA: Ganará Argo, de Chris Terrio, debería ganar Una aventura extraordinaria (Life of Pi), de David Mcgee. ¿Por qué Life of Pi? Muy simple: después de ver la película no me dieron ganas de leer el libro.

 

Mejor canción

 

AA: Ganará y debe ganar Skyfall de Adele y Paul Epworth, de Skyfall de Sam Mendes. No soy fan de Adele, pero se trata de la mejor película Bond en mucho tiempo. Que se lo lleven.

 

 Mejor película de animación

 

AA: Ganará Valiente (Brave), pero debería ganar Piratas! Brave de Pixar es la segura ganadora, aunque resulta tremendamente convencional para lo que nos tiene acostumbrados el estudio. Por otra parte, el Frankenweenie de Burton es un buen recalentado de una historia antigua pero… ¿acaso no están cansados de Burton? En cambio, Pirates! tiene a su favor que no es nada pretenciosa y si es muy divertida. Yo me quedo con ella.

  

Mejor película de habla no inglesa

 

AA: Ganará y debe ganar Amour de Michael Haneke. Lo que hace excepcional a un director como Michael Haneke es que su cine versa sobre las cosas que rara vez queremos ver. Auténtico provocador, lo suyo es confrontar al público con aquello que le es incómodo, molesto, doloroso, incluso repugnante o de “mal gusto”. Sería un error que la Academia dejara pasar la oportunidad de reconocer no sólo el cine de Haneke, sino aquel cine que se aleja, por completo, de los estándares del Hollywood más añejo. Haneke debe ganar.

 

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