En la agenda de las reformas legislativas urgentes de discutir, el PAN pondrá esta semana sobre la mesa uno de los dos grandes diques antidemocráticos que tiene aún el Poder Legislativo en México. El primer dique es la falta de transparencia y la opacidad en el manejo de miles de millones de pesos del presupuesto del Senado y la Cámara de Diputados, poco se ha avanzado en ese aspecto; pero el segundo dique, que según los panistas está semana empezaría a debatirse, es el fuero legislativo o fuero constitucional.

 

Ideado y creado desde los inicios de México como nación independiente y presente en sus varias Constituciones, este fuero especial que protege a los senadores, diputados y algunos funcionarios federales de cualquier acción de autoridad, aun cuando haya acusaciones civiles o penales en su contra, tuvo como fin evitar la represión política en contra de los parlamentarios cuando éstos, en ejercicio de su función, criticaran o denunciaran al presidente o al gobierno federal.

 

Y aunque pudo funcionar en algunas épocas, sobre todo de inestabilidad política o en la presencia de gobiernos autoritarios, en el México de la “consolidación democrática” hace años que el tema del fuero constitucional se ha vuelto un tema de debate y ha estado presente en varios intentos de reformas del Estado que no se han concretado, en buena parte, porque los mismos legisladores se han negado a discutir el tema y a perder el “privilegio” que aún hoy les representa la inmunidad -en algunos casos impunidad- que les otorga la Constitución y que los coloca por encima de cualquier mexicano común.

 

Ha sido precisamente el abuso del fuero o su completa distorsión, en casos que han sido públicos y evidentes, lo que ha encendido de vez en vez las exigencias políticas y populares para que se elimine el fuero de legisladores y servidores públicos. Desde la prepotencia, registrada en video de uno o varios diputados ebrios, que se resisten a una detención alegando su fuero, hasta casos más delicados como aquel del diputado priista Manuel Muñoz Rocha, acusado del asesinato de Francisco Ruiz Massieu, cuyo proceso de desafuero cimbró al sistema mismo en 1994 o el más reciente caso de Julio César Godoy, también diputado, que utilizó el fuero constitucional y hasta se refugió en el Palacio de San Lázaro para evitar ser detenido por sus vínculos con el narcotráfico.

 

Hay corrientes de opinión dentro de todos los partidos que están a favor de un “acotamiento” del fuero de los legisladores y que reconocen que éste se ha vuelto un elemento en su contra que provoca irritación de los ciudadanos. Pero también hay dentro de las fuerzas políticas sectores duros que se oponen a perder este privilegio que les da inmunidad total durante el tiempo de su gestión como legisladores.

 

Las condiciones políticas que dieron origen al fuero hace tiempo no están presentes en la dinámica política en México; la libertad de crítica y de opinión es un derecho consagrado para todos los mexicanos -aunque en la realidad a veces tiene sus vergonzosas y dolorosas excepciones- y en teoría legisladores y funcionarios no tendrían por qué gozar de un régimen especial de protección que los coloca en un grado de privilegio sobre el resto de los ciudadanos. Veremos si esta vez en el Congreso son siquiera capaces de discutir el tema con serenidad y objetividad y si el clamor popular, e incluso de expertos y especialistas en el tema, esta vez sí es escuchado para una eliminación o al menos acotamiento de un fuero que, incluso según algunos estudios, contraviene a la misma Constitución.

 

NOTAS INDISCRETAS… Aunque no se sabe cuántos hoyos hizo, al presidente Enrique Peña Nieto lo vieron el sábado en Yucatán en un exclusivo campo de golf llamado “El Jaguar”, del Yucatán Country Club, donde estuvo algunas horas practicando el llamado “deporte de los ricos”. Junto al mandatario estaba Emilio Gamboa, líder priista del Senado, y Luis Maldonado Venegas, ex presidente de Convergencia y actual secretario de Educación de Puebla. La información apareció en trascendidos de la prensa yucateca y todos consignan que “no se sabe si el Presidente completó o no los 18 hoyos”… Los dados regresan fortalecidos y recuperados. Agradecidos también con todas las muestras de apoyo y solidaridad. Gracias a los lectores y a los directivos de esta casa editorial por su apoyo y confianza. Escalera grande y seguimos.