El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, estimó que el Papa Benedicto XVI pasará unos dos meses en la residencia estiva de Castel Gandolfo, al sur de Roma, después de que entre en vigor su renuncia el próximo 28 de febrero.

 

En un encuentro con la prensa, el sacerdote jesuita aclaró que ese tiempo está dictado por las labores de reestructuración del convento “Mater Ecclesiae”, ubicado dentro del territorio vaticano, donde se mudará definitivamente Joseph Ratzinger después de abril.

 

El director de la sala de prensa de la Santa Sede anticipó que el Centro Televisivo Vaticano (CTV) transmitirá en vivo la despedida del Papa, el jueves 28 a las 17:00 horas locales (15:00 GMT), cuando aborde un helicóptero hacia Castel Gandolfo.

 

Tres horas después se cumplirá el límite de tiempo establecido por el mismo obispo de Roma y, en ese momento, entrará en vigor el periodo conocido como “sede vacante”.

 

Asimismo Lombardi descartó que se haya considerado una alternativa distinta al Vaticano para la estancia de Benedicto XVI en el futuro.

 

“Existen motivos, muy comprensibles, de carácter logístico y organizativo, además motivos significativos e importantes desde el punto de vista espiritual y de comunión (por los cuales no pensó en trasladarse a su natal Baviera, en Alemania)”, dijo.

 

“Tener un Papa Benedicto XVI cercano, presente también aunque en modo retirado, con una presencia espiritual y de oración, será un gran sostén, un gran enriquecimiento de comunión y de continuidad espiritual para su sucesor y para todos nosotros”, agregó.

 

El portavoz estableció que no existirán “problemas de interferencia” entre el Papa retirado y quien sea elegido como su sucesor.

 

“Es una persona que tiene 86 años y está habituado a estar en este tipo de ambientes para pensar en una mudanza, en ambientes completamente diversos y nuevos, habría sido necesaria su particularísima decisión y voluntad, que evidentemente no fue tomado”, insistió.

 

Estableció que la solución más natural y “bella”, desde el punto de vista eclesiástico espiritual, es que Benedicto XVI siga estando donde vivió y donde sirvió a la Iglesia.

 

Aclaró también que, en Castel Gandolfo, Ratzinger residirá en el apartamento propio del obispo de Roma y no ocupará una habitación secundaria, ya que el mismo no debe ser sellado, como ocurre al inicio de la sede vacante con la cámara apostólica del Vaticano.

 

Por otra parte Lombardi adelantó que ya 35 mil personas anunciaron que asistirán a la última audiencia general de los miércoles que presidirá el líder católico el próximo 27 de febrero en la Plaza de San Pedro, la última de su pontificado.

 

Precisó que ese evento será abierto y es ya considerado como su despedida oficial del pueblo de Dios.

 

Consideró como “poco probables” otras apariciones públicas de Benedicto XVI durante la sede vacante o para la inauguración del próximo pontificado.

 

“La decisión del Papa es inspirada por una actitud de gran reserva y por lo tanto sus apariciones públicas son extremadamente poco probables”, insistió.