Las lámparas encendidas de uno de los edificios de la torre mayor de la central de Petróleos Mexicanos (Pemex) hoy no iluminan a ninguno de los administrativos que ayer, a las 15:40 horas, buscaron cualquier salida para ponerse a salvo.

 

En las oficinas de Pemex en la avenida Marina Nacional, quienes caminan por patios y pasillos son soldados marinos, policías federales, integrantes de unidades de recate y electricistas.

 

Un letrero anuncia que las actividades se reanudarán el martes.

 

El saldo hasta ahora de una explosión de la cual aún no se sabe la causa, pero la línea más sólida apunta a un accidente fueron dados a conocer esta mañana por Emilio Lozoya Austin: 32 muertos y 121 heridos.

 

Aquí, aún siguen buscando a seis personas entre los escombros. Mientras tanto, en los hospitales, la gente espera la convalecencia de quienes siguen vivos pero presentan golpes, luxaciones, fracturas u otro tipo de heridas. Tres empleados de la paraestatal aún no logran saber si podrán salir con vida del siniestro ocurrido ayer.

 

Otros acuden a Locatel a las clínicas y hospitales, a preguntar por sus familiares a quienes desde ayer por las tarde no han logrado localizar.