Un portavoz talibán establecido en Afganistán, Zabihullah Mujahid, llamó “cobarde” al príncipe Harry luego de que éste aceptara haber matado algunos miembros de la organización islamista durante su presencia en ese país, que concluyó luego de 5 meses.

 

Harry, aceptó ayer que mató a varios miembros de Al Qaeda y fue un placer por ser un fanático del Playstation y la Xbox y sentir que fue muy útil con sus pulgares como piloto de un helicóptero Apache  en el Cuerpo Aéreo del Ejércit británico.

 

Mujahid consideró erróneo las declaraciones del príncipe y lo calificó como una falta de conocimiento del problema real detrás de la guerra.  Otro comandante talibán, ubicado en Helmand también se refirió al comparativo que hizo con los videojuegos: “Esto no es un juego. Es muy, muy real”.

 

El Ministerio de Defensa anunció el lunes que Enrique, de 28 años, terminó una misión de cinco meses en Afganistán y regresará a su país. Ofreció varias entrevistas en este marco, en algunas de ellas se dijo aburrido y frustrado en ocasiones, así como satisfecho de su misión en la que disparó contra combatientes del Talibán en operaciones de apoyo a fuerzas terrestres.

 

Cuando se le preguntó si había aniquilado enemigos desde la cabina del piloto respondió que “sí, igual que muchos”.

 

También habló de sus dificultades para equilibrar sus funciones como oficial del ejército con sus obligaciones reales, y de su alivio por la oportunidad de ser parte de un grupo de soldados.

 

“Mi padre siempre intenta recordarme quién soy y cosas así”, dijo el hijo menor del príncipe Carlos y de la fallecida princesa Diana.

 

“Pero es muy fácil olvidar quién soy cuando estoy en el ejército. Todos utilizamos el mismo uniforme y hacemos las mismas cosas”, apuntó.

 

Destacado en la extensa base británica Bastion, en el sur del desierto afgano, el príncipe —conocido como el capitán Gales en el comando militar, efectuó numerosas misiones aéreas como copiloto artillero; en ocasiones disparó cohetes y misiles contra los combatientes del Talibán.

 

Fue la segunda misión del príncipe Enrique en Afganistán y transcurrió sin más contratiempos que la primera, en 2007-2008, que fue abreviada tras 120 semanas cuando una revista y sitios en internet revelaron detalles de su ubicación. (Con información de AP)