MÉXICO PRODUCIRÁ 4 MILLONES DE VEHÍCULOS Y DUPLICARÁ EL EMPLEO EN 5 AÑOS

 

Ya sabemos que México anda por las nubes entre los observadores internacionales y eso se refleja en las perspectivas que se publican a nivel global. Fíjese que en días pasados la reconocida firma de consultoría KPMG, que preside Michael Andrew, publicó una muy amplia encuesta internacional entre productores, distribuidores y proveedores de la industria automotriz global, y México sale muy bien parado. Se trata de la Encuesta Global Automotriz 2013.

 

Agárrese con estos pronósticos porque el vértigo está a la vuelta de la esquina. Según estos resultados, México tiene 39% de la confianza de los encuestados para ser uno de los hubs de producción automotriz más importantes del globo, detrás de los países de Europa Oriental que serán los productores de los vehículos que se venderán en Europa. Pero México, dice el reporte, se consolidará como el principal proveedor para el mercado de Norteamérica.

 

Para los próximos cinco años esperan que las ventas automotrices mexicanas crezcan 66%, mientras que la producción lo hará en 63%, con lo que México -dicen- será una de las ocho economías del mundo con mayor dinamismo en su crecimiento en el sector automotriz. Eso explica las cuantiosas inversiones de firmas como Nissan, Volkswagen, Honda y Mazda, entre otras.

 

Pero aún hay más, como decía el famoso presentador de la televisión mexicana ya fallecido. Y es que según los analistas de KPMG la euforia por México no termina allí. Ellos estiman que para 2017 la industria mexicana llegará a producir cuatro millones de vehículos, duplicando los empleos directos e indirectos actuales involucrados en la industria, para alcanzar un millón de trabajadores en cinco años, con lo que México se pondrá al nivel de la India como productor mundial de vehículos. Una verdadera potencia pues.

 

LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO

 

Ya sabemos que la piedrita en el zapato de la industria automotriz es el mercado interno, que es aún pequeño. Por eso no hay que perder de vista la capacidad de arrastre de las exportaciones automotrices. En esa lógica es que el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, no titubeó en echar para atrás la intención de su antecesor, Bruno Ferrari, de incrementar las condiciones a la inversión extranjera en la industria modificando el Decreto de Competitividad. La idea no sólo es no obstaculizar a potenciales nuevos productores, sino esperar un poco porque los actuales producirán, en breve, 100 mil o más vehículos en sus fábricas de México. Cuestión de perspectivas de mercado… y de visión.

 

2. SLIM-KHAN, EDUCACIÓN RENTABLE

 

Ya sabe que Carlos Slim no da paso sin huarache. Ni en los negocios, ni en los recursos que otorga su fundación a proyectos específicos.

 

Ese es el caso de la alianza que la Fundación Slim firmó con Khan Academy, del bangladesí-americano Salman Khan, una institución educativa digital a favor de la educación gratuita en México y América Latina y en el que se comprometió a invertir cuatro mil millones de pesos en tres años. El proyecto pretende acercar a estudiantes, maestros, investigadores y población en general con bajos recursos, a cursos educativos y tecnológicos de alta calidad. Pero, claro, para eso se requerirá de una base tecnológica que comienza por contar con acceso a internet y con equipos básicos de cómputo, negocios en los que Slim es jugador relevante en el mercado latinoamericano.

 

La apuesta de Slim por la educación y la salud es relevante y así lo ha dicho desde hace tiempo en diferentes foros. Pero también han zanjado sus diferencias sobre la filantropía que practica la fundación de Bill Gates, la mayor organización privada del mundo. Slim se orienta a entregar herramientas para la competitividad, en lugar de ofrecer donaciones. Como ve, no da paso sin huarache.

 

3. 170 MILLONES PARA CONSEJEROS

 

No se lo cuente a nadie. Pero uno de los temas que más chispas sacaron en la pasada reforma energética y a lo largo de la operación de Pemex en estos últimos años, fue la de los consejeros independientes. No me malinterprete. No hay problema con la figura de los consejeros independientes que, a todas luces, es necesaria en cualquier organismo que presuma de ser serio. El problema es la “politización” de esta figura desde sus mismos nombramientos y que, nos dicen, ya es motivo de análisis en la nueva administración.

 

Y es que más allá del costo financiero que implica mantener a un importante aparato administrativo para los cuatro consejeros -que ronda los 100 millones de pesos anuales, según cifras de la empresa-, agréguele otros 70 millones de pesos adicionales en otras 37 mil horas-hombre invertidas. Pero el costo más significativo no está calculado. Y es el que tiene que ver con la dilación en la toma de decisiones por conformar un Consejo lleno de grillos políticos.

 

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