PARIS. Una comisión constitucionalista de Francia descartó el sábado un plan para gravar a magnates con una tasa de 75% al considerar que el monto es excesivo.

 

El consejo constitucional resolvió que era injusto ese polémico impuesto, que el presidente Francois Hollande prometió establecer durante su campaña política. Según el plan, esa tasa sería impuesta a los ingresos superiores a un millón de euros (1.32 millones de dólares).

 

El gobierno francés aprobó el gravamen en su nuevo presupuesto, pero desde antes muchos dijeron que el impuesto haría poco por atender los considerables problemas fiscales del país, además de que alejaría a las personas más adineradas.

 

El jefe del Ejecutivo, Jean-Marc Ayrault, indicó en un comunicado que preparará un “nuevo dispositivo conforme a los principios” propuestos por la decisión del consejo constitucional, que entiende que la actual ley de finanzas, que debía entrar en vigor en 2013, no respeta la igualdad de todos los ciudadanos ante las cargas públicas.

 

“Solo retrasa la decisión”, señaló Ayrault horas después en un mensaje televisado en el que aseguró que el impuesto que ha tumbado el Constitucional “será restituido” y votado antes de que concluya el año entrante “para que se aplique sobre los ingresos de 2013”.

 

La medida, que sólo afecta a unos 2,000 hogares franceses y tendrá carácter temporal hasta que se reequilibren las cuentas públicas, “simboliza la voluntad de justicia fiscal del Gobierno”, que busca que “el esfuerzo se reparta de la forma más equilibrada”, añadió.

 

Desde las filas conservadoras, el último primer ministro, François Fillon, celebró a través de un comunicado la decisión de ese órgano, pues entiende que “sanciona la política de bombardeo fiscal que lleva a cabo François Hollande desde hace siete meses”.

 

Ese nuevo y debatido impuesto destinado a los muy ricos cuenta con el apoyo del 60 % de los ciudadanos, según un sondeo del instituto Ifop publicado hoy por el diario “Ouest-France”, frente al 40 % que lo rechaza.

 

Entre estos últimos está el célebre actor francés Gérard Depardieu, quien para ahorrar impuestos ha decidido trasladar su residencia fiscal a Néchin, un pueblo belga a un kilómetro de la frontera francesa.

 

La Liga de Fútbol Profesional (LFP) de Francia también celebró a través de su presidente, Frédéric Thiriez, la decisión del Constitucional, que supone un “bonita e indispensable victoria colectiva” para ese deporte, que temía un éxodo de estrellas a países con una fiscalidad más ventajosa para los acaudalados.