El director de Política Nacional de Control de Drogas de Estados Unidos, Gil Kerlikowske, dijo entrevista que considera “apropiado” que el presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, piense en un cambio en la estrategia antidrogas, que incluya la ampliación de la policía federal en ese país.

 

“Creo que es apropiado que se reevalúe la estrategia (contra las drogas), y nosotros haremos todo lo posible para dar a su Administración la información” y compartir datos de inteligencia para mejorar la estrategia, aseguró Kerlikowske, quien asumió el cargo en mayo de 2009 con cerca de 40 años de experiencia policial.

 

“Fui jefe de policía durante mucho tiempo, y desde luego realizábamos cambios en las medidas policiales, en las medidas para proteger a nuestros ciudadanos”, dijo en entrevista telefónica el director de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de Estados Unidos. (ONDCP, por sus siglas en inglés).

 

El “zar” antidrogas hizo estas declaraciones en la víspera de la reunión privada que sostendrán el presidente Barack Obama y Peña Nieto en el Despacho Oval mañana por la tarde.

 

Se prevé que ambos repasen un amplio abanico de temas bilaterales, regionales y globales, incluyendo la lucha antidrogas.

 

Según Kerlikowske, hay varios factores importantes para medir el éxito de una estrategia y, en el caso de la lucha antidrogas en México, uno de éstos sería “hacer menos uso de los militares en las acciones policiales” y que la policía asuma cada vez más las tareas de seguridad ciudadana.

 

En ese sentido, Kerlikowske calificó de “importante” la meta de Peña Nieto de incrementar el número de agentes de la policía federal y continuar fortaleciendo el intercambio y análisis de datos de inteligencia, además de continuar luchando contra la corrupción.

 

En una carta de opinión publicada el domingo en el diario “The Washington Post”, Peña Nieto dijo que continuará los esfuerzos antidrogas del actual presidente, Felipe Calderón, pero consideró que “la estrategia debe necesariamente cambiar”.

 

Peña Nieto precisó que su meta será reducir sustancialmente la incidencia de crímenes violentos; un aumento del gasto público en materia de seguridad; una mejora en la coordinación de las autoridades policiales, y ampliar en al menos 35 mil el número de agentes de la Policía Federal, entre otros elementos.

 

Calderón fue objeto de críticas a lo largo de su sexenio, en particular de activistas pro-derechos humanos, por la militarización de la lucha antidrogas desde que asumió el poder en diciembre de 2006.

 

Para Kerlikowske, el fortalecimiento de la policía será precisamente uno de los retos que afrontará Peña Nieto tras asumir el poder el próximo 1 de diciembre, y eso contribuirá, a su juicio, a “mejorar la confianza de los ciudadanos en la policía”.

 

Preguntado sobre el papel de Estados Unidos en un eventual cambio de estrategia, Kerlikowske enfatizó que Washington continuará apoyando a México al compartir datos de inteligencia, algo que desde 2009 ha registrado “una gran mejora” que ha dado “resultados claros”, como constata el número de arrestos y extradiciones de narcotraficantes.

 

Consciente del agrio debate en el continente sobre la legalización de las drogas, Kerlikowske subrayó la necesidad de desbancar el “mito” de que a los cárteles sólo les interesa el narcotráfico o que derivan sus ganancias sólo de ese negocio ilícito.

 

Asimismo, Kerlikowske señaló que el consumo de drogas es un reto que afrontan ambos países y que EU ha tomado medidas para mejorar los programas de prevención y tratamiento de la drogadicción.

 

Según su oficina, desde 2006 EU ha registrado un descenso de casi el 40 % en el número de adictos a la cocaína y el número de adictos a las metanfetaminas se ha reducido en un tercio.

 

En el año fiscal 2012, la Administración Obama ha invertido más de 10 mil millones de dólares en programas de prevención y tratamiento contra las drogas, agregó ONDCP.

 

Kerlikowske destacó las mejoras en el comercio bilateral y en la seguridad en localidades fronterizas como Ciudad Juárez, si bien reconoció que aún queda trabajo por delante.

 

“Estados Unidos seguirá trabajando duro para reducir nuestra demanda y para combatir el tráfico de armas y dinero (hacia México), y seguiremos siendo un buen socio y muy buen vecino para México, en lo que respecta a mejoras en la seguridad en ese país”, puntualizó Kerlikowske.