Entre los saldos negativos del sexenio de Felipe Calderón, ya se puede contar al PAN. La situación en la que el calderonismo deja a su partido, tiene mucho que ver con el manejo personalista y controlador que durante seis años tuvo Calderón de un panismo que se allanó al poder presidencial y terminó copado, y ahora que al final del gobierno intenta rebelarse al Presidente, se ve hacia fuera como un partido dividido, extraviado y sin un rumbo claro para su futuro.

 

Dos ejemplos de los tumbos políticos e ideológicos del panismo han ocurrido en el Congreso en los últimos días con las negociaciones de la reforma laboral y el fracaso para la aprobación de las ternas de candidatos a la Corte que envió el presidente Calderón. En ambos casos la actuación del PAN resultó errática, con cambios de posiciones poco claros y con decisiones que parecían ya las de un partido opositor, cuando todavía son el partido en el gobierno.

 

Si en 12 años de gobiernos blanquiazules Acción Nacional tuvo serios problemas para actuar como partido gobernante, en los últimos días que le quedan en esa condición -al menos por los próximos seis años- ese conflicto de identidad entre el panismo histórico concebido como oposición y el panismo gobernante parece recrudecerse ante las divisiones internas inocultables y el choque que se avizora entre los grupos, calderonistas y maderistas, por el control del partido apenas se termine la actual administración.

 

Eso es lo que en el fondo anticipa este comportamiento errático del PAN en el Congreso. En cuanto Calderón entregue la banda presidencial y, como todo indica, se vaya de México en busca de un refugio político y de seguridad en la academia extranjera, parece inevitable que comience el ajuste de cuentas al interior del panismo.

 

Los maderistas se quejan de que en los últimos meses han tenido que aguantar un trato prepotente y ofensivo desde Los Pinos y ya cuentan los días, en cuenta regresiva, para que se termine el poder que en los últimos seis años sometió y doblegó a toda disidencia interna. “Deja que esto termine, cada vez falta menos, y entonces sí viene la nuestra”, dice un congresista de Acción Nacional identificado con el ala maderista que buscará arrebatarle el dominio casi absoluto que actualmente tienen Calderón y su grupo en el partido.

 

Falta ver también la reacción de los calderonistas, que en ausencia del Presidente querrán reivindicar su fuerza con nuevos liderazgos como el de Ernesto Cordero, con su fajador Javier Lozano, que buscarán dar la pelea a los maderistas para evitar perder el predominio que actualmente tienen en el PAN. La pregunta es si esos calderonistas asumirán también la defensa interna de Calderón que, a juzgar por lo que se escucha entre los maderistas, será necesaria ante el duro embate que se puede desatar contra el ya entonces ex presidente por parte de sus propios compañeros de partido.

 

NOTAS INDISCRETAS… La elección de Baja California serán las primeras de la era Peña Nieto y será interesante ver qué decisión toma el PRI ante lo que se antoja como un dilema. De un lado está la candidatura del diputado Florentino Castro Trenti, personaje cercanísimo a Manlio Fabio Beltrones, y del otro la intención manifiesta del polémico Jorge Hank Rhon, amigo de Peña Nieto, para postularse como candidato. Quienes conocen a Hank dicen que su autodestape es más una maniobra de presión para impedir que Castro Trenti sea el candidato que una intención real de competir. La reciente muerte de su esposa, Elvia Tamayo, haría que no hubiera un interés real del controvertido personaje que buscaría, eso sí, frenar a Castro. ¿Qué harán Peña y Manlio ante tal dilema? Un tercero en discordia, dicen, iría a perder ante un PAN que se prepara para lanzar a Gaston Luken. ¿Sacrificarán o negociarán la plaza y de paso a los amigos?.. Los dados mandan Serpiente. Mal inicio de semana.